Para volver a funcionar con normalidad, la nueva Asamblea Nacional (AN) venezolana tuvo que desaforar a los tres diputados opositores de Amazonas que asumieron su cargo a pesar de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dispuso lo contrario. Esa corte ordenó que no ocuparan sus bancas como medida cautelar mientras se investigan supuestas irregularidades electorales en el estado que representan.

Por desoír ese fallo, el martes la AN fue declarada en desacato y sus actos fueron considerados nulos. Para poder defenderse y destrabar el conflicto institucional, los tres parlamentarios dieron un paso al costado. “Se acata [el fallo del TSJ]. No tenemos ningún problema con decirlo si eso contribuye a que ustedes asistan a la cámara a cumplir con sus deberes constitucionales”, dijo ayer el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup. Mientras el TSJ decide sobre el pedido chavista de impugnar la elección de los legisladores amazónicos, la opositora Mesa de la Unidad Democrática pierde con la salida de los tres diputados la mayoría parlamentaria de dos tercios que obtuvo en las últimas elecciones.