Desde ayer hasta el domingo se realizarán varios actos para homenajear a las 17 personas que murieron en los ataques jihadistas de enero de 2015 en París, 11 de ellas hace un año, en el ataque a la revista satírica Charlie Hebdo. La mayoría de los homenajes incluirán el descubrimiento de placas conmemorativas colocadas en los lugares de los asesinatos y la presencia de autoridades como el presidente, François Hollande, y la alcaldesa de París, Anna Hidalgo. Precisamente, Hollande descubrió ayer una placa en la redacción de Charlie Hebdo, a una cuadra de allí, en el lugar en donde los terroristas remataron al policía Ahmed Merabet, y en el supermercado kosher donde fueron ejecutadas cuatro personas un día después, el 8 de enero. El último de los homenajes está previsto para el domingo, cuando Hidalgo plantará un simbólico “árbol del recuerdo” en la Plaza de la República.
Entre quienes murieron del 7 al 9 de enero de 2015 estuvo el policía Frank Brinsolaro, quien estaba actuando como guardaespaldas del jefe de redacción de Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, conocido como Charb. La esposa del policía, Ingrid, presentó el martes una demanda civil contra la Dirección General de Seguridad Interior por homicidio involuntario. Según la demanda, pruebas y antecedentes permitían prever que al menos Charbonnier iba a ser víctima de un ataque jihadista. Un año después del atentado, todavía es un enigma por qué la Dirección General de Seguridad Interior no pudo prever el ataque.
Ayer Charlie Hebdo sacó un número especial en el que reivindica la libertad de expresión. En la portada aparece Dios corriendo manchado de sangre con una metralleta colgada en el cinturón bajo el título “El asesino sigue corriendo”. El periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, calificó de “penosa” la portada en un breve artículo sin firma. “Tras la bandera engañosa de una ‘laicidad sin compromisos’ el semanario francés olvida una vez más que los líderes de todas las religiones están repitiendo desde hace tiempo el rechazo a la violencia en nombre de la religión”, dice el artículo, que también cita las críticas del presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán, Anouar Kbibech, quien dijo que la tapa de la revista es “una imagen que hiere a todos los creyentes de las diversas religiones”.