El presidente Barack Obama anunció que intenta aumentar el control sobre la venta de armas en Estados Unidos por la vía de los decretos, ya que el Congreso no se ha mostrado dispuesto a votar una ley de ese tipo. “Hace unos meses le pedí a mi equipo de la Casa Blanca que examinara nuevas medidas que pueda tomar para reducir la violencia de las armas”, dijo. “Recibo demasiadas cartas de padres, maestros y niños como para sentarme sin hacer nada”, agregó.

Obama no logró convencer a los congresistas de votar una ley de ese tipo ni siquiera en 2012, cuando el país estaba conmovido por la muerte de 20 niños y seis adultos en la escuela primaria de Newtown, en Connecticut, tiroteados por un joven de 20 años.

El presidente anunció que hoy se reunirá con Loretta Lynch, la fiscal general, para evaluar qué opciones tiene de promover cambios. Según la prensa estadounidense, el Ejecutivo podría extender a todos los vendedores de armas las exigencias que hoy abarcan sólo a algunos. Ya existe una ley que por la cual todos aquellos que estén “involucrados en el negocio” de la venta de armas deben obtener una licencia para esa actividad y revisar los antecedentes penales de sus compradores, pero la norma no se aplica a quienes hacen ventas ocasionales, participan en ferias de armas o venden su colección personal. Llenar esa laguna legal es uno de los caminos que podría recorrer Obama en su último año de gobierno.