Un hombre murió ayer en un enfrentamiento a tiros entre el FBI y el grupo de rancheros que mantenía ocupada una oficina pública en Harney, un condado de Oregon, Estados Unidos. En este tiroteo y en operativos policiales fueron detenidas seis personas, entre ellas los dos líderes del grupo, Ammon y Ryan Bundy.

Aprovechando que durante las fiestas de fin de año la reserva de vida silvestre de Harney permanecía cerrada y sin ocupantes, el grupo de rancheros decidió ocupar el lugar como señal de protesta por la condena que recibieron Dwight Hammond y su hijo, Steve, por haber hecho quemas no autorizadas en terreno federal en 2001 y 2006. Los Hammond usufructúan tierras del gobierno nacional y dijeron que hicieron las quemas para evitar el crecimiento de plantas invasoras, pero el gobierno argumentó que lo hicieron para ocultar pruebas que estaban siendo recolectadas en una investigación por caza furtiva y otras actividades ilegales.

Los Hammond fueron denunciados por el gobierno de Harney y recibieron una condena de tres meses de prisión, que ya cumplieron. Pero el gobierno federal presentó una apelación para que se aumentara la pena a un total de cinco años de prisión, que es la pena mínima para la quema ilegal en las normas nacionales. La Justicia accedió.

Como protesta ante esta condena, el 2 de enero el grupo liderado por los Bundy ocupó la reserva de Harney, que es gestionada por el gobierno municipal. Los Hammond se desvincularon de este movimiento y pidieron que desocuparan pacíficamente el lugar días después, cuando se entregaron a la Policía para cumplir con el resto de su condena. Sin embargo, la ocupación continuó.

Los Bundy no son nuevos en los enfrentamientos con el gobierno estadounidense: en 2014 integraban el grupo de 14 hijos y 52 nietos de Cliven Bundy, que se atrincheraron en su rancho. Por entonces las autoridades de Washington reclamaban a Bundy el pago de 1.000.000 de dólares porque durante dos décadas sus más de 500 cabezas de ganado pastaron en terrenos públicos de forma ilegal. Al grupo inicial de atrincherados se sumaron decenas de integrantes de milicias autorreglamentadas y armadas que, con el argumento de que defendían la “libertad individual”, le reclamaban al gobierno que no interfiriera en sus asuntos. Tras meses de tensión, el gobierno desistió y no le cobró a Bundy.

Los argumentos que se escuchan ahora en Oregon son muy similares a los que se oían en ese entonces en Nevada. “El gobierno ha abusado de la gente lo suficiente”, aseguró Ammon Bundy en una entrevista reciente, antes de criticar el “excesivo” involucramiento y la “injerencia” del Estado en la vida de los ciudadanos. Es necesario “restablecer el orden y los derechos de los ciudadanos para que puedan usar la tierra y sus recursos”, agregó.

El grupo que ocupa la reserva de Harney no ha sido claro en cuanto a cuáles son sus reclamos para abandonar la medida de fuerza, porque no se trata de un grupo articulado que tenga objetivos comunes, sino de estancieros que pertenecen a distintas milicias en diferentes zonas del país. “Nos iremos cuando la gente de Harney pueda usar su tierra y recursos sin miedo, sin restricciones”, dijo Ammon Bundy cuando se le preguntó qué hacía falta para que dejaran el lugar.

Si bien la presencia policial aumentó en la localidad de Harney, el FBI y la Policía local decidieron no intentar desocupar el lugar, al menos por el momento, porque lo más seguro es que cualquier intento derive en un enfrentamiento armado. Aun así, las autoridades intentaban detener al menos a los cabecillas del grupo.

Los hermanos Bundy y otras cuatro personas fueron detenidas ayer en una carretera de los alrededores de Harney donde se estaban practicando controles aleatorios para encontrarlos. Cuando los iban a detener “hubo disparos”, según un informe conjunto del FBI y la Policía local, que hirieron a Ryan Bundy y causaron la muerte de otro integrante del grupo, cuya identidad no se dio a conocer. En otros operativos fueron detenidas otras dos personas. Todos están acusados de “conspiración para obstruir la labor de los agentes federales”. Pese a las detenciones, la ocupación del refugio de Harney se mantenía en pie.