Decenas de personas protestaron anoche frente a la catedral de la ciudad alemana de Colonia después de que trascendiera que más de 90 mujeres denunciaron a la Policía que la noche del 31 de diciembre fueron víctimas de agresiones sexuales, robos y una violación, cometidos por hombres cuya apariencia fue descrita como árabe o norteafricana.
Los ataques fueron cometidos en los alrededores de la estación central de tren de Colonia, cerca de la catedral, donde unos 1.000 hombres estaban reunidos, se dividían en grupos y acorralaban a las mujeres que pasaban, informó la Policía. “Me manosearon por todas partes, creo que me tocaron unas 100 veces”, dijo una de las víctimas a la agencia alemana de noticias DPA. “Eran cientos. Nos trataron como piezas de caza”, dijo otra de las víctimas a la revista Emma.
El jefe de Policía de Colonia, Wolfgang Albers, dijo que se trató de delitos sexuales “en forma masiva”, algo que la Policía recién detectó con el correr de los días, a medida que las denuncias se iban acumulando. La Policía, dijo, conformó un grupo especial para investigar este caso y, entre otras cosas, se están revisando los videos de las cámaras de vigilancia de los alrededores, aunque la aglomeración de personas dificulta la identificación de los responsables. También hubo nueve denuncias de abusos sexuales cometidos en Hamburgo la noche del 31 de diciembre por parte de grupos de entre cinco y 20 hombres “con rasgos árabes o del sur”, según la Policía.
La alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, convocó ayer a un gabinete de crisis para tomar medidas. Después del encuentro anunció que se incrementará la presencia policial en la zona de la estación central de trenes. Reker negó que fueran ciertas las teorías que habían surgido durante la tarde y que apuntaban a que se trataba de un ataque organizado. En una conferencia de prensa brindada junto a Albers, dijo que en la madrugada del 1o de enero la Policía de Colonia había desalojado la plaza que queda frente a la estación central de trenes porque había mucha gente y se habían generado disturbios propios del consumo elevado de alcohol. Uno de los grupos que dejaron la plaza se dirigió a la explanada que está frente a la estación de trenes, donde cometieron los delitos contra las mujeres.
Las autoridades de Colonia y de Alemania aseguraron que los ataques serán investigados y castigados. La canciller, Angela Merkel, fue una de las autoridades que se pronunciaron en este sentido, así como el ministro del Interior, Thomas de Maizière, quien también advirtió que la identificación de los atacantes como extranjeros no debe conducir a “una sospecha general contra los refugiados”. Por su parte, el ministro de Justicia, Heiko Maas, pidió que no se utilicen estos hechos como un argumento contra la entrada de refugiados al país, que es motivo de debate incluso dentro del partido de gobierno. También insistió en este punto Reker, e hizo hincapié en que “no hay ningún indicio que apunte a que se trate de personas que han sido acogidas como refugiados”. Otras autoridades no ponían el foco en este aspecto, como Ralf Jäger, el ministro del Interior del estado en el que está Colonia, Renania del Norte-Westfalia, que ayer decía: “No aceptamos que un grupo de hombres norteafricanos se organice para humillar a mujeres indefensas con ataques sexuales”.