Dirigentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pidieron a la dirección que sea comprensiva y permita que los diputados que quieran puedan votar en contra de la investidura de Mariano Rajoy. Esa posición es la opuesta a la adoptada el domingo por el Comité Federal, que en una votación cuyo resultado fue de 139 votos a favor y 96 en contra decidió que el partido se abstenga para que Rajoy sea investido presidente del gobierno y se eviten unas terceras elecciones.
En el Comité Federal fueron cinco los dirigentes que se pronunciaron en contra de la abstención: los presidentes de los socialistas de Baleares y de Castilla-León, Francina Armengol y Luis Tudanca, los secretarios generales del partido en Cataluña y Madrid, Miquel Iceta y Sara Hernández, y César Luena, que fue el número dos de Pedro Sánchez, el ex secretario general del PSOE. A lo largo del domingo y de ayer estos dirigentes pidieron a la dirección del partido que permita a los disidentes votar en contra de la investidura de Rajoy. Lo mismo pidieron el diputado vasco Odón Elorza y el dirigente de uno de los sectores del PSOE, Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias.
Uno de los más firmes en este reclamo fue Iceta, quien aseguró ayer que los siete diputados del Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) “desobedecerán” la orden del Comité Federal sin importar las consecuencias. Pese a estas declaraciones, la secretaria de organización de los socialistas catalanes, Assumpta Escarp, dijo que el PSC “no se plantea la ruptura con el PSOE en ningún momento”. La decisión de votar en contra de Rajoy se tomará oficialmente hoy, en una reunión del consejo del PSC. Iceta argumentó en el Comité Federal que el PSC no le puede dar su voto a Rajoy porque él representa la ruptura del diálogo de Madrid con Cataluña y porque eso perjudicaría al PSOE si pretende mantenerse en la oposición. “No compartimos su proyecto, desconfiamos de su capacidad y de su voluntad de luchar contra la corrupción y creemos que nuestra posición política quedaría gravemente hipotecada por nuestra abstención”, dijo Iceta el domingo.
En la misma línea, Hernández consideró ayer que con la decisión del domingo “se ha dado un mal mensaje” a la militancia, “porque no se le ha dejado hablar”, y a la ciudadanía, “que apostó al proyecto socialista para plantar cara al [gobernante] Partido Popular de la corrupción, de los recortes y de la desigualdad”. Además de Hernández, otros dirigentes han criticado que la dirección interina del PSOE, instalada tras la salida de Sánchez el 1o de octubre, se haya negado a consultar a las bases acerca de qué opción tomar en la sesión de investidura de Rajoy. La consulta a las bases fue un mecanismo que puso en marcha Sánchez ante la posibilidad de un acuerdo con Podemos y era considerada una práctica que impulsaría un acercamiento entre el PSOE y sus militantes.
Por su parte, Armengol consideró que “regalar el gobierno al PP y la oposición a Podemos no es una buena decisión”. Además, Sánchez reapareció ayer e hizo un llamado a que “la militancia recupere y reconstruya su PSOE, autónomo, alejado del PP, donde las bases decidan”. Sánchez dio a conocer este mensaje en las redes sociales, alimentando las esperanzas de sus seguidores de que se presente nuevamente a elecciones para recuperar su cargo de secretario general.
Una de las alternativas propuestas por los críticos de la decisión del domingo es lo que denominan la “abstención técnica”: que se abstenga el número de diputados que Rajoy necesita para convertirse en presidente (11) y que el resto vote en contra.
Dentro del PSOE todavía no se ha dado una respuesta formal a las solicitudes, pero el conductor interino del partido, Javier Fernández, hizo hincapié el domingo en que la decisión del Comité Federal es vinculante para todos los diputados de la formación. A su vez, el portavoz de la dirección interina del PSOE, Mario Jiménez, dijo que el PSC debe actuar con “sentido común” y obedecer el mandato del Comité Federal porque si no el partido deberá redefinir la relación entre ambas formaciones. Según los medios españoles, se evalúa la posibilidad de retirar de los cargos de dirección del partido a quienes no obedezcan este lineamiento.
A las críticas internas en el PSOE se sumaron las de Podemos y el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón. Este último dijo que el PSOE “ha cometido un fraude” y “traicionado a sus votantes” al tomar la decisión de permitir la investidura de Rajoy. Por su parte, Podemos anunció que respaldará a sus dirigentes locales que quieran romper las coaliciones que conformaron con el PSOE para alcanzar los gobiernos autonómicos.