La Justicia francesa validó ayer el plan de desmantelamiento del campamento de refugiados en Francia conocido como la Jungla de Calais, que según el diario francés Le Monde empezará el lunes. El desarme del campamento quedó decidido después de que un tribunal de Lille rechazara un recurso presentado por varias organizaciones civiles para suspender el desmantelamiento. Estas 11 organizaciones argumentaban que el apuro del gobierno por desarmar el campamento reduce las garantías de que se respeten los derechos humanos de los refugiados durante el desalojo del lugar y el traslado de esas personas a otras ciudades.

Pero el tribunal consideró que el cierre del campamento busca, justamente, terminar con el “trato inhumano y degradante” que reciben los refugiados en el lugar. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, celebró el fallo judicial y, en un discurso ante el Parlamento, se comprometió a desalojar el campamento en “condiciones dignas” para los refugiados.

El plan del gobierno consiste en que los inmigrantes ilegales y refugiados que viven en Calais sean trasladados a centros de acogida en distintos puntos del país. Se estima que son unas 7.000 personas, 1.300 de ellas menores de 18 años que no están acompañados por familiares mayores de edad. Muchos de ellos tienen vínculos familiares con personas que viven en Reino Unido, por lo cual Francia está gestionando su realojo en ese país. La idea del gobierno es que, una vez realojados, los inmigrantes y refugiados pidan asilo en Francia.

Sin embargo, varios de los residentes del campamento que han sido consultados por medios de comunicación u organizaciones civiles afirman que ellos no quieren permanecer en Francia sino cruzar a otros países, en particular a Reino Unido, para solicitar asilo allí.

El desmantelamiento del campamento es resistido no sólo por organizaciones civiles sino también por la derecha francesa, que argumenta que el plan creará “mini-Calais” en todo el país. Durante el fin de semana hubo manifestaciones en varias ciudades cuyos centros de acogida recibirán a personas de Calais, algunas para darle la bienvenida al plan y otras para rechazarlo.