El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue acusado ante la Justicia de interceder para que se liberaran fondos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) en favor de una empresa constructora y de recibir retribuciones a cambio. Los cargos presentados ayer por la Fiscalía no se vinculan con la red de corrupción de Petrobras, sino con contratos para llevar adelante una obra de infraestructura en Angola, aunque los dos casos involucran a la constructora Odebrecht, una de las mayores de Brasil.

Las acusaciones abarcan, además de Lula, a otras diez personas, entre ellas el empresario Marcelo Odebrecht, ex presidente de la empresa, e incluyen los delitos de corrupción pasiva y activa, tráfico de influencias, asociación ilícita y lavado de dinero, informó la Fiscalía.

Según la acusación, entre 2008 y 2015 Lula intercedió para que el BNDES liberara recursos para una obra de Odebrecht en Angola, un proyecto en el que también estaba vinculada otra empresa, Exergia Brasil, cuyo dueño es Taiguara Rodrigues dos Santos, sobrino de la primera esposa del ex presidente. La Fiscalía acusa a Lula de que “como agente público practicó corrupción pasiva” entre 2008 y 2010, y de haber cometido “tráfico de influencias para beneficiar a los involucrados” en una supuesta red de corrupción desde 2011 a 2015, ya fuera del gobierno, informaron la agencia de noticias Efe y los diarios O Estado de São Paulo y Folha de São Paulo.

De acuerdo con estos periódicos, la investigación que llevó adelante la Policía sobre este caso concluyó que Odebrecht ejecutó las obras en Angola, y que redirigió nueve millones de dólares a algunas de las personas acusadas ayer como retribución por haber conseguido el contrato con el gobierno de ese país, gracias al financiamiento para la exportación de servicios que le concedió el BNDES. Según la Fiscalía, se hicieron esfuerzos para ocultar los pagos de retribuciones, y una parte “se concretó por medio de conferencias dadas por el ex presidente a pedido de la constructora”.