El gobierno de Venezuela y la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) evaluaron ayer, por separado, sus posiciones acerca del comienzo del proceso de diálogo. Esta mesa de conversaciones, cuyo inicio estaba previsto para ayer, iba a desarrollarse en la isla Margarita, pero el sábado, debido a los reclamos de la oposición, el lugar se cambió a Caracas.

Anoche dirigentes de la MUD acudieron a dialogar con el gobierno, excepto los del partido Voluntad Popular, informó la agencia Efe.

Más temprano, el secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, se mostró partidario de reunirse con el gobierno para solicitar una “solución electoral” y exigir que se respete la Asamblea Nacional. “De esa reunión podrían salir importantes conclusiones que permitan ‘desescalar’ el conflicto”, dijo. Sin embargo, otros líderes opositores se mostraron reacios a iniciar un diálogo con el gobierno, argumentando que el presidente, Nicolás Maduro, sólo intenta promover conversaciones para ganar tiempo y perpetuarse en el poder. “El encuentro se produce en un marco de escepticismo y desconfianza”, dijo Torrealba.

El sábado, en una carta dirigida a Torrealba, 15 partidos miembros de la alianza opositora señalaron que “no están dadas las condiciones para un diálogo debido a que el gobierno insiste en bloquear todas las vías pacíficas, constitucionales y democráticas”. Además, plantearon como condiciones la presencia en las conversaciones de la Organización de los Estados Americanos y que acudan representantes de todos los partidos de la MUD y de la sociedad civil. También pidieron la liberación de todos los opositores presos, frenar las persecuciones políticas a sus dirigentes y la apertura de un “canal humanitario” para permitir el ingreso de medicinas y alimentos al país.

El texto fue firmado por casi todos los partidos excepto por Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, los cuatro más grandes y con más peso entre los que integran la MUD. Pero la postura de Voluntad Popular, el partido fundado por el dirigente encarcelado Leopoldo López, cambió ayer y complicó la ya enredada situación al plantear como condición que el gobierno acepte liberar a 13 opositores presos para sentarse a negociar.

Por su parte, Maduro no se presentó a la cumbre iberoamericana que se desarrolló el fin de semana en Colombia, a pesar de haber confirmado su asistencia unas horas antes del comienzo. Su ausencia no evitó que la situación política de Venezuela fuera uno de los temas centrales del encuentro entre presidentes.

El próximo secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, que estaba presente en la cumbre, dijo que los presidentes apuestan por el diálogo: “Hubo un consenso muy claro, no hay solución para los problemas de Venezuela sin un diálogo constructivo entre las partes con apoyo de la comunidad internacional”.