Más de 70.000 personas marchaban el domingo en Rosario para cerrar, como es tradición, el encuentro que desde hace 31 años reúne a mujeres de Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Pero no pudieron llegar a destino.

Las tensiones comenzaron cuando las manifestantes pasaban por la catedral de la ciudad, alrededor de las 22.00, y vieron a un grupo de hombres que rezaba en una actitud que las organizadoras del encuentro calificaron de “provocadora”, según la agencia de noticias Télam. En ese momento, un grupo reducido de mujeres se separó de la marcha y se registró un primer enfrentamiento, en el que los hombres terminaron derribando las vallas de la catedral.

La Policía, lejos de contener a las manifestantes, empezó a disparar con balas de gomas -primero al aire, después a la gente- y a lanzar gases lacrimógenos para dispersar la movilización. Una participante dijo a Télam que “para mitigar el efecto de los gases, los manifestantes prendieron fuego e hicieron una barrera de fuego”.

Algunos medios reportaron que las manifestantes, en respuesta a la represión policial, lanzaron piedras y botellas. Media hora después, la marcha se disipó, dejando heridos a diez policías y a tres mujeres, según informó el secretario de Salud de la Intendencia de Rosario, Eduardo Caruana. Además, fueron lesionados cuatro trabajadores de la prensa. Uno de ellos, Alberto Granata, fotógrafo de Télam, dijo que los policías le dispararon tres veces en la cara “para que dejara de sacar fotos”.

El episodio recordó lo sucedido en el cierre del encuentro de mujeres del año pasado, que se desarrolló en Mar del Plata, cuando activistas neonazis que estaban esperando en la catedral de la ciudad tiraron abajo las rejas del edificio y se enfrentaron con las manifestantes. Esta vez, a los hombres encapuchados se sumó la represión policial.

La comisión organizadora del encuentro repudió ayer en un comunicado “la represión ejercida por las fuerzas de seguridad” en la marcha del domingo, que “puso en riesgo la seguridad y la vida de las miles de mujeres” que se autoconvocaron para debatir y construir estrategias en torno a temáticas como la legalización del aborto, los feminicidios en la región, el acoso callejero y otras estrategias para defender los derechos humanos, sociales y económicos de las mujeres.

El encuentro, que tuvo lugar el fin de semana y oficialmente concluyó ayer al mediodía, fue uno de los más masivos, de acuerdo con las organizadoras, y también lo fue la marcha, que ocupó 45 cuadras. Los incidentes del domingo “no tienen nada que ver con el encuentro, que fue multitudinario y muy exitoso”, señala el comunicado. En la clausura, las organizadoras anunciaron que el año que viene será convocado en la provincia de Chaco.

Distintas organizaciones sociales y sectores políticos argentinos repudiaron ayer el accionar de la Policía durante la marcha. El secretario de Medios Públicos de Argentina, Jorge Sigal, expresó en Twitter su “solidaridad” con Granata y reafirmó su “compromiso de seguir luchando por la libertad de expresión”. En tanto, el arzobispo de Rosario, Eduardo Martin, lamentó lo sucedido, se pronunció “a favor del diálogo” y “de la paz” y dijo que “el desafío” es “vivir juntos aunque disintamos en algunos temas”, pero poder “debatir con respeto”.