Una protesta en la que participaron organizaciones sociales y políticas, algunas de ellas brasileñas, recibió al presidente de Brasil, Michel Temer, cuando fue a visitar a su par argentino, Mauricio Macri. El encuentro tuvo lugar en la Quinta de Olivos, a la que Temer entró por la puerta lateral. Frente a la residencia presidencial, los manifestantes repudiaron con carteles y ratas hechas con esponjas de aluminio la presencia del “presidente golpista” en Argentina. Según informaron los diarios La Nación y Página 12, la reunión fue fijada en Olivos y no en la Casa Rosada, como es tradicional, justamente por el temor a las protestas contra el nuevo presidente brasileño.

Después del encuentro, Macri y Temer dieron una conferencia de prensa conjunta en la que destacaron los puntos en los que coinciden: la necesidad de impulsar y flexibilizar al Mercosur, la preocupación por la situación política venezolana y el respaldo a las negociaciones para la paz en Colombia. Ante la pregunta de un periodista sobre las elecciones municipales del domingo, Temer dijo que es necesario “festejar la democracia que se produjo en este tiempo y que fue reafirmada en las elecciones de ayer”. Por su parte, Macri reiteró su preocupación por la pobreza en Argentina.

A su vez, el presidente argentino dijo que ambos países mantienen “una agenda ambiciosa” y que llevan adelante “un trabajo en conjunto”. Agregó: “Me siento muy cerca de Brasil”. Por su parte, Temer destacó que su gobierno y el de Macri tienen muchas coincidencias, a partir de las cuales se puede “trabajar en conjunto, no sólo para fortalecer al Mercosur”. Además, ambos gobernantes manifestaron su voluntad de ampliar las relaciones comerciales y de colaborar en la lucha contra el crimen organizado presente en ambos países.

Este fue el primer viaje de Temer a otro país de la región, aunque ya se encontró con varios mandatarios durante la apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en agosto, cuando todavía ocupaba el cargo de manera provisoria. El presidente brasileño destacó en la conferencia de prensa que “eligió” Argentina para su primer viaje oficial, lo que fue seguido por un asentimiento de Macri. El gobierno argentino siguió desde lejos el juicio político contra la ex presidenta brasileña Dilma Rousseff que derivó en su destitución. Después de que el proceso terminara, emitió un comunicado en el cual manifestó su “respeto” por el “proceso institucional” que se había llevado adelante en Brasil.

Horas después de la reunión, Temer viajó a Paraguay para reunirse con el presidente Horacio Cartes. Allí también le esperaban protestas, por las cuales se reforzó la seguridad en la embajada de Brasil.