El líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, jurará hoy como presidente del gobierno de España ante el rey Felipe de Borbón, después de que el sábado fuera investido en el Parlamento. Durante los últimos diez meses, Rajoy ocupó el cargo en forma interina y ahora fue reelecto con el voto de 170 diputados del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria. Se abstuvieron 68 diputados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y votaron en contra los restantes 111 legisladores. En este último grupo están incluidos 15 socialistas que no acataron la disciplina partidaria.

Para mantener su “no” a Rajoy, el ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez decidió renunciar a su banca. “No iré contra mi partido ni iré contra mi compromiso electoral”, dijo el dirigente. Aclaró que no abandonará la política, sino que recorrerá España para escuchar a los militantes y trabajar en la “reconstrucción” del PSOE.

Así las cosas, el PP gobernará en minoría y con la mirada crítica de la oposición. El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, dijo durante la sesión de investidura que la abstención de su partido es “para que las elecciones no sigan deteriorándose”, pero que Rajoy “no es el presidente que España necesita”. Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, manifestó su “orgullo” de pertenecer “al único partido que ha hecho algo” por España y le dijo a Rajoy: “Si usted cumple las exigencias de Ciudadanos no pasa nada, esto va a salir bien”.

En tanto, Pablo Iglesias, del izquierdista Podemos, dijo que el mandato de Rajoy supone “el epílogo de una etapa política previa” a la que estará gobernada por su partido, que transformará a la “vieja España” en “la de los jóvenes que exigen el cambio y que ya saben lo que es sufrir el desempleo, los desahucios y la precariedad laboral”.

La primera oportunidad de Rajoy para dar pistas sobre cómo encarará el nuevo gobierno llegará el jueves, cuando anuncie a los integrantes de su gabinete que deberán atraer apoyos de otros partidos para aprobar reformas en un Parlamento fragmentado.