La palabra “limbo” era hasta ayer la elegida por muchos medios para describir la situación del país desde que fracasó el intento de ratificar en un plebiscito los acuerdos de paz alcanzados en La Habana. El martes, Santos anunció que el Ministerio de Defensa prorrogaba hasta el 31 de octubre el cese del fuego bilateral -un plazo que podría extenderse- y reiteró su voluntad de dialogar con quienes rechazaron los acuerdos. Dijo que su intención era “buscar comunes denominadores”, ver “cuáles son sus preocupaciones” y evaluar si es posible “introducir, a través del diálogo, las observaciones en ese gran acuerdo nacional que permita continuar en la búsqueda de la paz”. Si bien ya se había reunido el lunes con todos los partidos opositores, faltaba el acercamiento con el Centro Democrático, liderado por Uribe.

Santos fue ministro de Defensa de Uribe de 2006 a 2009, período en que las FARC sufrieron fuertes golpes militares. Ambos eran aliados hasta que Santos asumió la presidencia y decidió cambiar el rumbo político. Entre esos cambios, comenzó el proceso de paz con la guerrilla. Durante los cuatro años de negociaciones en La Habana, Uribe fue el principal opositor del proceso y se convirtió en abanderado del No durante la campaña por el plebiscito. El de ayer fue el primer encuentro entre los dos políticos después de cinco años.

Antes de recibir a Uribe, Santos se reunió media hora con Pastrana, líder del Partido Conservador y el otro ex presidente que hizo campaña por el No. Al salir del encuentro, Pastrana dijo a periodistas que fue “una charla muy productiva” y que, “contrario a lo que se pensaba, hoy se está uniendo el país”.

Varias horas más tarde salió Uribe de la sede de gobierno acompañado por dirigentes cercanos y aliados en la campaña por el No, entre ellos el ex fiscal general Alejandro Ordóñez. En respuesta a los periodistas que lo esperaban, Uribe reconoció la voluntad de Santos de escuchar a quienes se oponen a lo pactado en La Habana y dijo que se debe buscar “un nuevo acuerdo que vincule a todos los colombianos”. Sin embargo, según informó el periódico El Espectador, hay varios puntos en los que Uribe no está dispuesto a ceder: se opone a la “impunidad total” que, a su entender, fue acordada y a la elegibilidad política de los jefes de las FARC. También reclamó que la Organización de las Naciones Unidas acompañe este proceso.

Más tarde, Santos anunció sus planes para continuar con la búsqueda de un acuerdo, esta vez con un apoyo más amplio. Para empezar, pidió a todos los sectores políticos colombianos que dejen de lado sus “antagonismos y rencillas” en busca de una unidad nacional en este tema. Anunció que las partes aceptaron crear comisiones para discutir aquellos puntos del acuerdo de paz que rechazan los partidarios del No, cuyos representantes serán escuchados en esos ámbitos. El objetivo será “atender en la medida de lo posible sus observaciones y propuestas de ajuste” y “encontrar un camino” que haga posible “no sólo culminar el acuerdo de paz con las FARC, sino fortalecerlo”.

Acerca de los encuentros con Uribe y partidarios del No, dijo que durante cuatro horas escuchó con atención “sus inquietudes”, que “se analizarán en el marco de la comisión acordada”. Agregó que “esta interlocución” comenzará hoy mismo.