Si los estadounidenses votaran esta semana, Clinton se convertiría en la primera mujer presidenta de Estados Unidos. Al menos, eso es lo que sostienen las últimas encuestas de intención de voto, que reflejan una tendencia que se mantuvo -en mayor o menor medida- desde que los demócratas y los republicanos nominaron oficialmente a sus candidatos.
Un sondeo publicado el domingo por la cadena ABC muestra a la ex secretaria de Estado con 50% de las preferencias, frente al 38% de Trump. Esta diferencia de 12 puntos duplica la ventaja que le da Real Clear Politics a Clinton en su última actualización.
El viernes, una encuesta de Ipsos para la agencia de noticias Reuters redujo todavía más la distancia entre los dos aspirantes y dio a Clinton 44% de respaldo frente a 40% de Trump. Este sondeo también mostró que 63% de los estadounidenses -incluido 34% de los republicanos- cree que el empresario cometió abusos sexuales en el pasado, si bien el candidato negó las acusaciones que le hicieron varias mujeres este mes.
El proyecto “Estados de la Nación” de Ipsos y Reuters, que realiza proyecciones todas las semanas a partir de sondeos diarios, señaló el fin de semana que la candidata demócrata tendría una probabilidad superior a 95% de ganar si las elecciones se celebraran esta semana. El resultado más probable en ese caso sería de 326 votos del Colegio Electoral para Clinton y 212 para Trump. Para ganar, se necesita un mínimo de 270 votos.
Según este estudio, Clinton le saca ventaja a su rival en la mayoría de los estados que él necesita para lograr ese mínimo de 270 votos del Colegio Electoral. Trump ganó terreno en Carolina del Sur, pero lo perdió en Arizona, que ahora podría ir para cualquiera de los dos bandos. En Utah, el empresario se enfrenta a un candidato local republicano independiente, Evan McMullin, que está ganando votos. Clinton, por su parte, mantuvo el liderazgo en Florida y en Pensilvania. Entre los dos estados suman 49 votos del Colegio Electoral. En Ohio, cualquiera de los dos puede ser el ganador. Otro estado que está en juego es Texas, que vota a los republicanos desde 1980 y desde ese entonces está en la lista de los diez peores resultados para los demócratas, pero que este año podría cambiar de pisada. El último sondeo de Real Clear Politics para Texas dio 44% de apoyo a Trump y 39% a Clinton. Podría favorecer a la candidata en este estado que 40% de los habitantes son hispanos, un electorado golpeado por Trump y que se inclina por la candidata demócrata desde el principio de la campaña.
El domingo, los candidatos lideraron actos en dos estados clave: Clinton en Carolina del Norte y Trump en Florida. El empresario reiteró que él es el único que puede ofrecer “un cambio” en el país y acusó a Clinton de querer continuar con las “desastrosas” políticas del actual presidente, Barack Obama. Además, dijo que las encuestas que auguran el triunfo de su oponente son “inexactas”. Unas horas antes, sin embargo, su jefa de campaña, Kellyanne Conway, admitió a la cadena NBC que van “detrás” de Clinton en las encuestas, aunque dijo que están a tiempo de dar vuelta los resultados en los estados decisivos.
En Carolina del Norte, Clinton apostó de nuevo por unas políticas que celebren la “diversidad” de Estados Unidos y cuestionó el “divisionismo que promueve Trump”. La demócrata volverá mañana a este estado -que desde el viernes puede votar de manera anticipada-, para participar en un acto en el que la acompañará la primera dama, Michelle Obama.