Jovenel Moïse -que se estrenó en la política haitiana a principios de 2015 cuando el entonces presidente Michel Martelly lo propuso como posible sucesor- ganó con 55,7% de los votos las elecciones presidenciales celebradas el domingo 20, según los resultados preliminares divulgados el lunes de noche por el CEP. El empresario bananero también había ganado las elecciones de octubre del año pasado que se anularon por denuncias de irregularidades. El candidato de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana, Jude Celestin, volvió a quedar en segundo lugar con 19,5% de los votos, mientras que Jean-Charles Moïse, de la plataforma de izquierda Pitit Dessalines, obtuvo 11% y Marysse Narcisse, del partido Fanmi Lavalas, 9%.

Se prevé que los resultados definitivos de las elecciones se den a conocer recién el 29 de diciembre. Si se confirma lo publicado el lunes, no sería necesaria una segunda vuelta, que está prevista para enero, ya que el candidato del PHTK habría alcanzado más de 50% más uno de los votos necesarios para ganar en primera vuelta.

“El pueblo haitiano hizo su elección y me eligió en primera vuelta. Ahora, con un espíritu de unión, los invito, queridos compatriotas, a emprender conmigo la vía del desarrollo por un Haití a la altura de sus actuaciones históricas y sus ambiciones legítimas”, dijo Jovenel ayer en un discurso en el que llamó a “trabajar juntos por un mejor Haití”. Martelly lo felicitó de inmediato y agradeció a la ciudadanía por haber elegido “a una persona con un buen programa, un buen proyecto para Haití y que jamás atacó a alguien”. Además, dijo que su partido ganó “con sus creencias, sus convicciones y su programa”, y no “quemando neumáticos y rompiendo parabrisas”.

Pero los tres candidatos que siguen en votos a Jovenel Moïse dijeron ayer que no reconocen los resultados. Celestin aseguró que su partido “objetará legalmente” los resultados, que calificó de “prefabricados”, y llamó a sus seguidores a movilizarse “para defender” sus votos. Por su parte, el aspirante de Pitit Dessalines advirtió que su formación “luchará legal y políticamente” para que el voto “sea sincero”. Agregó: “Sabemos que los hombres de negocios quieren a Jovenel, pero es el pueblo el que debe decidir”. Narcisse, en tanto, aseguró que se trata de “un golpe electoral” y acusó a la oligarquía de “secuestrar” los resultados. “Llamamos a la movilización general para derrotar a estos señores que quieren excluir a la mayoría”, agregó.

Léopold Berlanger, presidente del CEP, había recordado el lunes que la ley electoral haitiana permite a los candidatos y a los partidos no reconocer los resultados. Horas antes del anuncio del ente electoral, el propio presidente interino de Haití, Jocelerme Privert, instó a todos los actores políticos a acatar “el decreto electoral” y a utilizar “las vías legales” para recurrir los resultados “si no están satisfechos” con estos. Privert también pidió a los haitianos que mantengan el orden en las calles. Antes de que se dieran a conocer los resultados preliminares, en el país ya reinaba un ambiente de tensión. La semana pasada hubo varias protestas que terminaron en enfrentamientos con la Policía y decenas de detenciones. Algunas zonas de la capital, Puerto Príncipe, fueron además escenario de quema de neumáticos y bloqueo de avenidas.

El viernes, Celestin y Narcisse habían denunciado ante el CEP un posible intento de fraude en el centro de recuento de votos. De acuerdo con la candidata de Fanmi Lavalas, muchos votos de Cité Soleil, una comuna de la capital donde la dirigente asegura que es “muy fuerte”, no habían sido remitidos al centro de recuento, cinco días después de las elecciones. Celestin, por su lado, pidió al CEP que sea muy cuidadoso con el proceso de escrutinio para evitar otra crisis en el país.

El diario haitiano Le Nouvelliste informó ayer que tres consejeros electorales, en un total de nueve, no firmaron los resultados preliminares. De todas formas, cuentan como válidos porque la ley electoral establece que para validarlos deben estar firmados por al menos seis consejeros. Uno de los funcionarios que no firmaron, Kenson Polynice, dijo a una radio local que no lo hizo porque, entre otras cosas, le hubiera gustado que se aclararan algunos de los puntos que cuestionaron varios observadores mientras llevaban adelante el escrutinio.

Según Berlanger, la participación en las elecciones, en las que también fueron elegidos diputados y senadores, fue de 21%.