Las últimas encuestas indican que Clinton sigue llevando la ventaja, pero la brecha que la separa de Trump se achica hasta casi esfumarse. Dos sondeos mostraron ayer un empate técnico entre ambos: uno publicado por el diario The New York Times y la cadena CBS y otro dado a conocer por el diario The Washington Post y la cadena ABC. En el primero el margen de error es de 3% y en el segundo de 2%, y en ambos casos ese porcentaje coincide con la ventaja que tiene la demócrata sobre el republicano, que es menor que la que medían las mismas encuestas hace dos semanas. Incluso un tercer sondeo, publicado por Los Angeles Times, proyecta una victoria de Trump, seis puntos por delante de Clinton.
Durante la campaña, la confiabilidad ha sido puesta en duda. Trump fue el primero en hacerlo, al decir que estaban “manipuladas”, pero también analistas políticos han advertido que estas elecciones presentan características muy distintas a las anteriores, en especial por la irrupción de Trump, y que eso podría llevar a errores en los estudios de intención de voto. A su vez, Clinton dijo acerca de los estudios de intención de voto: “No estoy tan segura sobre la forma en la que se toman las muestras”.
En todo caso, las elecciones ya empezaron -una de cada cinco personas consultadas en la encuesta de The New York Times y CBS dijo que ya había votado- y los candidatos buscan mejorar sus posibilidades de ganar de aquí al martes.
La campaña de Clinton ha sumado al presidente Barack Obama, que le dedicó frases duras a Trump en distintos actos: “Asegúrense de que ese incapaz no llegue a ser presidente” o “se ha pasado años sin pagar impuestos”. La agenda de Obama incluye Ohio, Florida y Carolina del Norte, tres de los conocidos como “estados bisagra”, así denominados porque en ellos puede ganar tanto un partido como el otro y suelen ser determinantes. Según los sondeos, en los tres hay un empate. Florida también fue escenario para Trump, que precisa ganar en ese estado para llegar a la Casa Blanca. Para esto cuenta con el respaldo de los cubanos exiliados, que ha buscado en las últimas semanas con un discurso cada vez más duro contra el gobierno de Cuba. Por su parte, Clinton se abocó a Carolina del Norte, un estado que también recibirá a Trump. La candidata demócrata también estuvo en Arizona, donde los republicanos han ganado 15 de las 16 elecciones presidenciales desde 1952.
En sus discursos Clinton y Trump insisten en la necesidad de que todos vayan a votar y de que no den su victoria por descontada.