El texto fue aprobado en la Cámara de Senadores el 3 de noviembre, la fecha en que hubiera cumplido años el dictador. Este día es denominado “fecha feliz” por algunos que defienden la dictadura en Paraguay. El 3 de noviembre de 2015, el presidente Horacio Cartes dijo que se trataba de una “fecha feliz” y citó a Stroessner al decir que “el mejor amigo de un colorado es otro colorado”.

La propuesta de ley fue elaborada por Rafaela Guanes, una activista del Partido Liberal Radical Auténtico que estuvo detenida durante la dictadura. El proyecto fue presentado en la cámara baja por diputados liberales y del Frente Guasú. En el texto se propone que en aquellos lugares en los que todavía se rinde homenaje a Stroessner se pase a mencionar a víctimas de la dictadura. Las placas en espacios públicos serán trasladadas al Museo de las Memorias, en el centro de Asunción. La iniciativa fue aprobada en el Senado, pero enfrentó resistencias del Partido Colorado, entre ellas la de Mario Abdo Benítez, que lidera el sector disidente del oficialismo.

La figura de Stroessner todavía genera polémica en Paraguay. No sólo porque todavía tiene muchos seguidores, sino también porque entre quienes condenan la dictadura no existe acuerdo acerca de si es mejor eliminar sus símbolos o si es importante mantenerlo como un episodio oscuro en la memoria colectiva paraguaya. Estas diferencias saltaron a la luz, por ejemplo, cuando se demolió la “mansión Stroessner”, una casona construida en un terreno municipal de Asunción que fue entregado a la familia presidencial en 1974. El intendente de Asunción, Mario Ferreira, que es de centroizquierda, ordenó que la casa, construida en terreno municipal, fuera derrumbada. Sin embargo, agrupaciones de víctimas reclamaron que no se tomara esa medida y que se la convirtiera en un espacio de memoria.

La diputada Guanes dijo a medios paraguayos que la idea de esta iniciativa se le ocurrió después de otra polémica en torno al nombre de Stroessner. Esta surgió en mayo, cuando un grupo de estudiantes del Colegio Técnico Nacional, en Asunción, arrancó de la fachada del edificio una placa en honor al dictador. Padres de otros alumnos reclamaron que la placa fuera devuelta e incluso denunciaron a los jóvenes por “vandalismo”.

El proyecto de ley se impulsa mientras se refuerza la búsqueda de los cuerpos de detenidos desaparecidos durante la dictadura, que según los datos oficiales fueron más de 420. En esta línea, el titular de la Dirección de Memoria Histórica y Reparación, Rogelio Goiburú, informó la semana pasada que se encontraron restos en una fosa clandestina ubicada en la localidad de San Juan Nepomuceno, en el sur del país, en un terreno descampado que en los 60 era propiedad de un militar stronista. Según relató Goiburú a la agencia de noticias Efe, hace dos años estaban excavando cerca de esa zona cuando gente que vivía por allí se acercó a ellos para decirles que había tumbas en un lugar cercano.

Goiburú dijo que cuentan con datos de restos enterrados en seis localidades próximas. Agregó que su equipo sospecha que los restos encontrados y los que habría en esas otras seis localidades pertenecen a algunos de los militantes liberales y comunistas paraguayos que estaban exiliados en Argentina y quisieron volver a su país por el sur para formar una guerrilla que se opusiera a la dictadura.

Los cuerpos encontrados fueron entregados al Equipo Argentino de Antropología Forense, que ya identificó a cuatro personas. El acuerdo con ese equipo rige para los restos que se localicen ahora, pero no para 18 que ya fueron recuperados por la Dirección de Memoria Histórica y Reparación. Goiburú dijo que el gobierno no le ha asignado los recursos necesarios para que sean identificados por los expertos argentinos.