El gobierno de Michel Temer publicó este fin de semana un video y un informe especial en la página web de la presidencia por los seis meses desde su instalación, considerando como fecha de inicio la jornada en la que la presidenta Dilma Rousseff fue separada de su cargo mientras se llevaba adelante el juicio político en su contra, que derivó en su destitución. En ese material Temer destaca el “diálogo” con el Congreso, el mismo que lo convirtió en presidente, y celebra la aprobación de proyectos de ley presentados por el Ejecutivo. Uno de ellos, aprobado la semana pasada, aumenta la participación privada en el sector petrolero socavando el papel de Petrobras, empresa que el Partido de los Trabajadores (PT) buscó convertir en un buque insignia del nuevo desarrollo industrial brasileño.

El proyecto de ley reescribe las normas para la explotación de los yacimientos de petróleo en aguas profundas del litoral atlántico brasileño. Después de que en 2008 se hallaran estos yacimientos, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva impulsó la aprobación de una ley que establece que esas áreas deben ser explotadas por consorcios en los que Petrobras tenga una participación mínima de 30%. La reforma de Lula fue aprobada pese al rechazo de partidos opositores al PT, algunos de los cuales participan ahora en el gobierno de Temer, que desde un comienzo se comprometió a impulsar una norma que restituyera el papel de los privados en estas explotaciones petroleras.

El proyecto fue aprobado por ambas cámaras y ahora espera a ser promulgado por Temer. Recibió el respaldo del consejo directivo de Petrobras, que está desprendiéndose de activos de la empresa desde 2015 para contrarrestar sus dificultades económicas y financieras derivadas de las pérdidas vinculadas a la corrupción y la caída del precio del petróleo. El gobierno defendió el proyecto argumentando que la inversión privada en el sector servirá para reactivarlo y generar empleo.

Después de la aprobación del proyecto en ambas cámaras, Temer se reunió con Ben van Beurden, el presidente de la petrolera anglo-holandesa Shell, que ya tiene 60% del único bloque del presal que está siendo explotado, el Libra. Van Beurden anunció tras el encuentro que Shell invertirá 10.000 millones de dólares en Brasil en los próximos cuatro años, pero aclaró que la mayor parte de ese dinero ya estaba comprometida para continuar con los trabajos en el bloque Libra. El empresario celebró la aprobación de la ley en el Congreso y la consideró “un movimiento correcto”.

Sin embargo, la aprobación fue criticada por el sindicato de trabajadores de Petrobras, académicos, movimientos sociales y ex autoridades de la empresa. “No va a generar empleo y renta a Brasil porque se va a importar todo el equipamiento. Petrobras va a dejar de ser el centro de la política de desarrollo nacional”, criticó el ex presidente de Petrobras Sérgio Gabrielli.