El gobierno de Venezuela y la opositora Mesa de la Unidad Democrática se reunieron por segunda vez, acompañados por el Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas, y firmaron una declaración conjunta.
Se acordó trabajar para mejorar la economía y elaborar una hoja de ruta para normalizar el funcionamiento de los poderes. Además, la oposición dijo que serán liberados dirigentes opositores.
Sectores opositores quedaron disconformes con el acuerdo. El ex candidato presidencial Henrique Capriles dijo que estar en la mesa de negociaciones “no significa renunciar a nada” y llamó a “retomar la agenda de movilización popular”.