Los rumores sobre la salida de Prat-Gay comenzaron hace pocas semanas, cuando el proyecto del gobierno para reformar el Impuesto a las Ganancias fue rechazado por los diputados, que impulsaron otro texto para sustituirlo. El ministro de Hacienda y Finanzas había sido el responsable de las negociaciones con partidos, gobernadores y sindicatos, pero su proyecto no fue bien recibido, por lo que Macri lo alejó de las negociaciones, informaron los diarios La Nación y Clarín citando fuentes cuyos nombres no dieron a conocer.

Según los diarios argentinos, Prat-Gay tenía dificultades en su relación con otros miembros del Ejecutivo, en especial con los dos vicejefes de gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, a quienes tenía que reportarse. A Prat-Gay tampoco le faltaron cruces de declaraciones con otros integrantes del gobierno, como el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.

Ambos defendían posiciones diferentes acerca del rumbo que el gobierno tenía que tomar cuando llegó al poder, en especial en cuanto al fin del “cepo cambiario”, los subsidios a los servicios públicos y la devaluación de la moneda. Mientras Prat-Gay defendía políticas gradualistas, Sturzenegger consideraba que estas tenían que ser de impacto, argumentando que de esta forma se acelerarían las mejoras económicas.

Excepto algunas pequeñas mejoras, en Argentina no se ven los resultados positivos de la política impulsada por el gobierno de Macri, con Prat-Gay a la cabeza del equipo económico. La oposición es crítica con la gestión del ministro y señala que su pasaje por la cartera sólo deja una inflación demasiado elevada, un descalabro fiscal debido al aumento del déficit, un desempleo al alza y una caída del consumo.

En su aparición, Peña destacó el papel de Prat-Gay como ministro. Dijo que hizo “grandes cosas” dirigiendo “un ministerio desafiante durante un año muy desafiante por la transición económica”, y enumeró: “la salida del cepo, la normalización de las relaciones internacionales, la salida del default [por el acuerdo con los fondos buitre] y el sinceramiento fiscal”. El jefe de gabinete no repasó los desafíos que sigue teniendo por delante el gobierno en el área económica: la elevada inflación, los aumentos de las tarifas de servicios públicos -que se repetirán en enero-, la derrota del proyecto de Ganancias y el cada vez mayor endeudamiento público.

El jefe de gabinete informó que Macri le había pedido la renuncia a Prat-Gay porque hubo “diferencias”. Agregó que “se trató de una discusión del diseño organizacional del gobierno y respecto del proceso de toma de decisiones”.

En la misma aparición, Peña anunció que la cartera que hasta el lunes seguirá en manos de Prat-Gay después se dividirá en dos: la de Finanzas, que estará a cargo del actual secretario del área, Luis Caputo, y la de Hacienda, cuyo titular será Nicolás Dujovne. Dijo que la prioridad de la primera será “mantener el esquema de financiamiento” y la de la segunda consistirá en “ir a un sendero de equilibrio fiscal”.

Desde el comienzo de su gobierno Macri dijo que no quería un superministro de Economía, como han tenido otras administraciones, sino que segmentaría las responsabilidades en esa área. Esa idea, que últimamente estaba deformada por la gran presencia de Prat-Gay en la agenda y la ausencia de otros ministros con injerencia en la economía, parece reafirmarse con esta división.

Se trata de una decisión que ha generado problemas dentro del gabinete, algunos de los cuales involucraron a Prat-Gay. Por ejemplo, el Ministerio de Energía, liderado por Juan José Aranguren, aprobó a mitad de año un aumento en las tarifas del gas que no fue consultado con el Ministerio de Hacienda y Finanzas. En conferencia de prensa, Prat-Gay reconoció: “Cuando anunciamos la meta del déficit de 4,8% no preveíamos aumentos de tarifa de gas superiores a 400%”.

Según el diario Clarín, el despido de Prat-Gay podría ser acompañado por la salida de su viceministro, Pedro Lacoste, y la del secretario de Hacienda, Gustavo Marconato, que llegaron al gabinete como parte de su equipo.

La salida de Prat-Gay también generó críticas en la oposición. La diputada del Frente Renovador Graciela Camaño dijo que le parece “alarmante” que tras un año de gestión el gobierno “siga buscando su rumbo económico”.

Además, criticó a los jerarcas designados. “Dujovne hará un ajuste ortodoxo”, dijo, advirtiendo sobre la delicada situación social de Argentina, y acerca de Caputo agregó: “Lo conocemos por su actividad privada. No sé cuáles serán sus condiciones para manejar las funciones públicas”.

Por su parte, el diputado del Frente para la Victoria Wado de Pedro dijo: “Lo que necesita el país no es un cambio de nombres sino un cambio urgente del modelo económico”. Dirigentes de los distintos partidos opositores manifestaron que no esperan cambios en la política económica del Ejecutivo.

Nuevas caras

Caputo ya trabaja en el equipo de gobierno y fue responsable del acuerdo con los fondos buitre. Fue al mismo liceo que Prat-Gay y Macri, el Newman, en cuyo equipo de fútbol sigue jugando, y es primo del constructor Nicolás Caputo, amigo y ex socio de Macri.

Antes de su designación, Caputo trabajó para JP Morgan y el Deutsche Bank, donde llegó a ser presidente para Argentina, cargo que ocupó entre 2003 y 2008.

Después creó Axis, una sociedad de fondos de inversión en la que ocupó el cargo de gerente. Al ingresar al gobierno, declaró un patrimonio de casi 56 millones de dólares: es el segundo ex director ejecutivo más rico del gobierno, informó el diario argentino Página 12.

Caputo es uno de los jerarcas del Ejecutivo denunciado en la Justicia por haber comprado dólares a futuro: se lo acusa de haberse beneficiado con la devaluación de la moneda que fue ordenada desde el Ejecutivo que integra.

Más sorpresiva fue la designación de Nicolás Dujovne, que ocupó varios cargos en la banca privada hasta llegar a ser consultor del Banco Mundial. Fue funcionario entre 1997 y 1998, durante el gobierno de Carlos Menem: integró el directorio del Banco Central, fue jefe de asesores del viceministro de Economía y dirigió Papel Prensa. Después conformó una firma con su nombre para brindar asesorías a empresas argentinas y extranjeras.

Dujovne integra la Fundación Pensar, considerada una “usina de ideas” de Propuesta Republicana, el partido de Macri, y tiene, además, una pequeña trayectoria en medios de comunicación: es uno de los conductores del programa Odisea Argentina, de Todo Noticias, y columnista de La Nación.

Desde sus columnas en el diario ha lamentado la ausencia de resultados positivos de las políticas económicas del gobierno, ha instado a tomar otras medidas -como la promoción de la formalización laboral mediante la reducción impositiva a las empresas- y ha llamado a que se anuncie cómo se enfrentará “la mayor incógnita macroeconómica de la Argentina”, el déficit fiscal.