Desde su triunfo en las elecciones del 8 de noviembre, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, recibió llamadas de felicitaciones de más de 50 líderes internacionales. Algunas de esas conversaciones implicaron conflictos con otros países. Es el caso del diálogo que mantuvo el viernes con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en el primer contacto formal entre Estados Unidos y ese país en casi 40 años. Esto provocó la protesta de China, que considera a Taiwán un “territorio rebelde” con aspiraciones independentistas desde que en mayo Tsai asumió la presidencia.

El gobierno chino instó a Washington a mantener su compromiso con el principio de “una sola China” y le pidió que maneje “cuidadosamente” los asuntos relacionados con Taiwán, para evitar “daños innecesarios” en las relaciones bilaterales, según informó la agencia oficial de noticias Xinhua. La prensa china atribuyó el gesto de Trump a una prueba de su “inexperiencia”.

El empresario no tardó en reaccionar. “¿Nos preguntó China si estaba bien devaluar su moneda (haciendo más difícil a nuestras empresas competir), aplicar tasas excesivas a los productos nuestros que entran en su país (Estados Unidos no lo hace) o construir un gran complejo militar en medio del mar del sur de China? Creo que no”, publicó el domingo en Twitter.

En Taiwán, el diálogo entre Tsai y Trump fue considerado un éxito en un momento en el que la mandataria se enfrenta a una caída de su popularidad y a las presiones de China.

En otra llamada telefónica, Trump invitó al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, a visitar la Casa Blanca el año que viene. Según el gobierno filipino, el magnate aprovechó para desearle “éxito” en su campaña contra las drogas, por la cual ya murieron más de 5.000 personas. Duterte calculó en octubre que tendría que haber otras 20.000 o 30.000 muertes más “para terminar con el problema”. La Organización de las Naciones Unidas y varios gobernantes criticaron los métodos de esta campaña. Uno de ellos fue el presidente Barack Obama, a quien en respuesta Duterte calificó de “hijo de puta”.

Trump incomodó también a las autoridades de India, el miércoles, cuando se ofreció para resolver “los problemas pendientes” de Pakistán, en una llamada que mantuvo con el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif.