“Acepté por el sentido del deber”, dijo Renzi a sus personas más cercanas, en referencia al pedido de Mattarella, informaron los medios italianos. El retraso calmó los temores de que un proceso rápido en Italia sacudiera los mercados, que ayer sufrieron caídas, aunque sólo por algunas horas, después de que Renzi anunciara el domingo que dejaría su cargo porque la reforma política que él promovía fue rechazada en un referéndum.

En todo caso, la renuncia de Renzi no desembocará en elecciones anticipadas inmediatamente, ya que hay procesos que deben ser terminados antes de esa convocatoria. Uno de ellos refiere a la reforma electoral, que fue dividida en dos partes por el gobierno de Renzi. La primera, que compete a la Cámara de Diputados, fue aprobada por el Parlamento en abril; la segunda fue la que el domingo los italianos rechazaron, y que proponía varias modificaciones para la Cámara de Senadores. Esta es la que debe ser terminada antes de convocar a elecciones, y es probable que Mattarella convoque a un Ejecutivo técnico que reúna los apoyos necesarios para finalizarla.

El nuevo gobierno tendrá la difícil tarea de replantear la reforma de la cámara alta. Si bien en la campaña para el referéndum todos los partidos se pronunciaron en contra de la propuesta de Renzi -incluso un sector de su Partido Democrático-, todos coinciden en que es necesaria una reforma de este tipo para darle mayor estabilidad a la política italiana.

Los medios italianos informaban ayer citando fuentes y analistas que después de que se concrete la renuncia de Renzi, Mattarella designará al ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, para liderar un gobierno interino. Se espera que la aprobación del presupuesto se concrete el viernes y que el próximo Ejecutivo no tenga que encargarse también de estas gestiones.

La situación política italiana es mirada de cerca por la Unión Europea (UE), que ayer anunció que le dará a Italia el margen necesario para que supere esta situación política antes de exigirle que tome medidas adicionales para cumplir con sus compromisos fiscales. Según los técnicos de la UE, el presupuesto que Italia se apurará a aprobar el viernes no evita que la economía supere el límite establecido por el bloque para el déficit fiscal de cada país. En particular, lo que preocupa es la situación de la banca, que tiene 360.000 millones de euros en préstamos considerados “problemáticos”, de los cuales 200.000 se consideran incobrables, lo que representa un porcentaje de 17% de los créditos, cuando en España ese dato es de 7% o en Francia de 4%. Las dificultades políticas de Italia podrían traducirse en una inestabilidad de los mercados -que ayer amenazaron con tambalearse, pero sólo en las primeras horas del día- que empeore la situación de la banca, lo que pondría sobre la mesa la posibilidad de un nuevo rescate económico de la UE a Italia.

Pero hay otra razón por la que la UE seguía de cerca la situación italiana, y es estrictamente política: según las encuestas, desde hace meses el Movimiento 5 Estrellas encabeza la intención de voto y podría quedar en condiciones de liderar el nuevo gobierno de Italia si se convoca a elecciones. El movimiento liderado por el cómico Beppe Grillo ha impulsado iniciativas para modificar la relación que mantiene Italia con la UE. Por ejemplo, en junio propuso un referéndum sobre si Italia debe mantenerse en la zona euro.