El presidente de Brasil, Michel Temer, recibió un revés del Congreso en la madrugada de ayer. Toda la base aliada del gobierno en la Cámara de Diputados votó un proyecto impulsado por el Ejecutivo pero le hizo modificaciones que van contra la voluntad del ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

El proyecto refiere a las deudas de los estados con respecto al gobierno central y, entre otras cosas, extiende los plazos de pago. El Ejecutivo pretendía que el proyecto incluyera varias contrapartidas por parte de los estados por los beneficios obtenidos, pero la única que se mantuvo en el texto es la que limita el gasto público. Este condicionante establece que durante los próximos dos años el gasto público de cada estado que reciba estos beneficios no podrá aumentar más que la inflación del año anterior. Las otras contrapartidas, que habían sido incluidas por el Ministerio de Hacienda en la votación del proyecto en el Senado, fueron retiradas. Estas incluían, entre otras cosas, la privatización de bienes de los estados, la reducción de incentivos tributarios para el sector privado y la prohibición de aumentar el presupuesto destinado a recursos humanos.

Temer dijo ayer que “probablemente” apruebe el texto tal como fue aprobado en el Congreso. Agregó que, si bien la “primera impresión” fue que la votación había sido una derrota del gobierno, “no hubo nada de eso”, porque algunos de los puntos propuestos por el Ministerio de Hacienda habían sido incluidos.

Más allá de las declaraciones de Temer, la votación fue una demostración más de la debilidad en la fidelidad del apoyo de la base parlamentaria al gobierno. Incluso el partido del presidente y del ministro de Hacienda votó para retirar las incorporaciones del Ejecutivo al proyecto, así como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y Demócratas, sus dos principales aliados en el Congreso.

Esto sucedió mientras el gobierno intenta mantener el apoyo de los variopintos partidos que integran su base aliada, que es la que le permite tener la mayoría en las dos cámaras.

Como parte de estas gestiones, Temer designó a un integrante de Demócratas en un cargo de jerarquía del Ministerio de Educación. Silvio de Sousa Pinheiro será el presidente del Fondo de Desarrollo de Educación, que en 2017 manejará un presupuesto de más de 20 millones de dólares para repartir a discreción en proyectos educativos de todo el país. Esta designación llega una semana después de que el líder de Demócratas en la Cámara de Senadores, Ronaldo Caiado, sugiriera la realización de nuevas elecciones ante el aumento de las denuncias de corrupción contra integrantes del gobierno y del propio Temer.

Además, Temer asistió ayer a un evento en el que participó el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, del PSDB. El partido tiene una división interna con respecto a su grado de participación en el Ejecutivo de Temer: el senador Aécio Neves lidera el sector que busca una mayor participación en cargos de primera línea, mientras que los encabezados por el gobernador consideran que es momento de tomar más distancia con miras a las elecciones de 2018. Neves y Alckmin son los dirigentes que más resuenan para la candidatura presidencial del PSDB en esos comicios.

Temer asistió al evento después de que el senador del PSDB Cássio Cunha Lima admitiera que el presidente va a “enfrentar una dificultad muy grande” para terminar su mandato. “Es importante señalar que yo siempre fui adepto a la posibilidad de tener nuevas elecciones, siempre me pareció que la elección es la mejor solución para que un nuevo gobierno encuentre legitimidad”, agregó Cunha Lima en una entrevista con la radio RPN.