El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció ayer que se creará una comisión bilateral para investigar el asesinato del embajador ruso en Ankara, Andrei Karlov. “Estamos en contacto estrecho con Rusia”, dijo Erdogan, antes de agregar que “este atentado terrorista es también un ataque contra el pueblo turco, es una clara provocación”.

Karlov fue asesinado por un hombre que se acercó a él mientras daba un discurso en el Centro de Arte Contemporáneo de Ankara, donde se inauguraba la exposición Rusia vista por los turcos. Los disparos del hombre hirieron a otras tres personas. El atacante fue identificado como Mevlüt Mert Altintas, un policía turco de 22 años que integraba desde hace dos años y medio las fuerzas antidisturbios. Poco después murió tiroteado por la policía, que entró al centro cultural.

Tanto Turquía como Rusia enfocaron lo ocurrido como un ataque terrorista. El presidente ruso, Vladimir Putin, consideró que este atentado es “una provocación destinada a abortar la normalización de las relaciones ruso-turcas y torpedear el proceso de paz en Siria”, que es respaldado “activamente por Rusia, Turquía, Irán y otros países interesados en la resolución del conflicto sirio”. Putin aseguró: “La respuesta al asesinato del embajador ruso en Turquía será el reforzamiento de la lucha contra el terrorismo. Y los delincuentes lo sentirán en sus propias carnes”.

Las relaciones entre Turquía y Rusia se están reconstruyendo después de que estuvieran suspendidas por el derribo de un caza ruso por aviones de combate turcos en noviembre de 2015.

Antes de disparar contra Karlov, el atacante gritó algunas palabras en árabe y dijo que estaba vengando los ataques contra Alepo. En las últimas semanas Rusia ha colaborado con el Ejército sirio para que el gobierno de Bashar al Assad recupere el dominio del este de Alepo, algo con lo que también han colaborado Turquía e Irán. Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas cuestionaron los bombardeos de esa alianza. También contra esas acciones militares hubo en las últimas semanas protestas en los consulados de Rusia y de Irán en Turquía.

El ataque contra Karlov se cometió horas antes de que se reunieran en Ankara los cancilleres de Rusia, Turquía e Irán para tratar el conflicto sirio.