El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, dio a conocer ayer explícitamente su postura respecto del referéndum que se realizará el año próximo acerca de la continuidad de su país en la Unión Europea (UE). “Si tuviera que decidir si Reino Unido debe o no formar parte de la UE en estos términos, sin duda optaría por ser miembro”, dijo Cameron.

El cambio de actitud de Cameron, que hasta ahora se había mostrado reacio a exponer su posición claramente, llegó después de que el presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, le presentara una propuesta dirigida a renegociar el vínculo entre Reino Unido y el bloque. Cameron dijo que este documento responde a las exigencias presentadas por su gobierno e impulsa un “cambio sustancial” en las relaciones.

Tras anunciar su postura, Cameron recibió críticas tanto desde el Partido de la Independencia de Reino Unido, más conservador todavía que los tories, como desde los sectores más euroescépticos de su propia formación.

Tusk presentó una propuesta que permite a Reino Unido avanzar en su integración con la eurozona pero a su vez permanecer por fuera de ella y de las exigencias que impone a sus integrantes, informó la agencia de noticias Efe, que accedió al documento. A su vez, el texto reconoce que Reino Unido no “está comprometido con una mayor integración política” dentro de la UE y le permite activar un “mecanismo de alerta” si se produce un ingreso “excepcional y durante un período extendido” de trabajadores de otros países de la UE. Activando esta alerta, Reino Unido podrá “restringir el acceso [de estos trabajadores] a los beneficios sociales hasta el punto que sea necesario”.

La propuesta realizada por Tusk a Cameron será sometida a votación en la cumbre de mandatarios de la UE que se realizará el 18 y 19 de febrero. Una vez que el texto sea aprobado, los ministros del gobierno británico, que son figuras importantes entre los tories, asumirán posiciones sobre la permanencia de Reino Unido en la UE.