Iowa demostró que en Estados Unidos, en materia política, lo predecible no siempre se hace realidad. En el momento en que las encuestas apuntaban a Trump como el republicano favorito y a Clinton como la preferida entre el electorado demócrata, los caucus de Iowa -asambleas ciudadanas en iglesias, escuelas y centros comunitarios en las que se vota después de debatir públicamente sobre los candidatos- sorprendieron con el triunfo del senador Ted Cruz en filas republicanas y un casi empate entre la ex secretaria de Estado y el senador Sanders. Las primarias de Iowa, además, al ser las primeras de acuerdo al calendario prestablecido, suelen causar bajas entre los precandidatos más débiles. Esta vez, los que anunciaron que abandonaban la campaña -al menos temporalmente- fueron el demócrata Martin O’Malley -que obtuvo menos de 1% de apoyo- y el republicano Mike Huckabee, que se enfrentó a una situación similar.
Inesperado
Según los medios estadounidenses, Trump, que había dicho durante la campaña que “podría dispararle a la gente en la Quinta Avenida y no perdería votos” perdió apoyos en el electorado más centrista del Partido Republicano debido a su discurso xenófobo, racista y machista. Además, Trump quedó relegado ante una exitosa estrategia de Cruz.
En las elecciones de Iowa los republicanos se disputaban el reparto de los 30 delegados que representarán este estado en la Convención Nacional del Partido Republicano, que el 18 de julio elegirá al candidato del partido para las presidenciales de noviembre. Cruz, un senador conservador y ortodoxo de Texas, fue el que se quedó con el mayor número de delegados, ocho, al obtener 27,6% de los apoyos. Trump y el senador de Florida Marco Rubio obtuvieron siete delegados cada uno, aunque el empresario logró 24,3% de los votos y el senador, 23,1%.
El éxito de Cruz se debió, en parte, a que supo adaptar su propuesta a las preferencias de Iowa, un estado rural con más de 90% de población blanca, no hispana y, sobre todo, religiosa. El senador de Texas se enfocó en obtener el apoyo de los líderes evangélicos de Iowa hace meses, según informó la cadena BBC, y contar con los evangélicos es crucial, ya que votan en bloque. En diciembre, Bob Vander Plaats, uno de los principales dirigentes evangélicos de Iowa, reconoció públicamente que el objetivo de su comunidad era “unir a los conservadores en torno a Cruz”. Parte de esta adhesión tiene que ver con que Cruz es hijo de un pastor y lo ven como un hombre que adoptó los valores religiosos desde la cuna.
El electorado más conservador, además, elige a Cruz por sus duras posturas contrarias al aborto y restrictivas en materia de inmigración. Muchos consideran paradójica su postura ante los inmigrantes, ya que su padre es cubano, pero expertos en política han señalado que ha utilizado esto a su favor, al subrayar que su padre abandonó Cuba para vivir en Estados Unidos, un mensaje que pudo haber generado simpatías entre los evangélicos anticomunistas, informó BBC.
Después de que se anunciaran los resultados, Cruz dijo: “Esta noche es una victoria para los conservadores de base, para los conservadores valientes en Iowa y en todo este país”. “Iowa ha dicho que el candidato republicano y el próximo presidente de Estados Unidos no será elegido por los medios. No será elegido por el establishment. No será elegido por los lobbies. Será elegido por nosotros: el pueblo estadounidense”, agregó.
Otro de los ganadores de la noche fue Rubio, quien quedó cerca de Trump, aunque tercero, y se posicionó como un posible rival de Cruz, pese a que los sondeos no preveían esta situación. Su discurso no fue el de alguien que perdió las elecciones, sino el de quien ve posible el triunfo, y en Estados Unidos, los medios lo describieron como el “ganador moral”.
Trump, por su parte, se limitó a decir que se sentía “honrado” por haber obtenido el segundo puesto, en uno de los pocos discursos de su corta carrera política que careció de insultos a sus rivales o declaraciones fuertes.
Por un pelito
Del lado demócrata, la votación fue más reñida, a tal punto que hasta que no se escrutó el 100% de los votos, los medios auguraban un empate entre Clinton y Sanders. Finalmente, Clinton se convirtió en la primera mujer que ganó los caucus de Iowa en la historia, aunque no de la manera que hubiera querido, ya que quedó arriba de Sanders por menos de un punto: obtuvo 49,8% de votos frente a 49,6% que logró su rival. De esta forma, el precandidato autodenominado socialista mostró que tiene herramientas para arrebatarle la nominación a la mujer que prevaleció como favorita en todas las encuestas y que representa los principios del establishment demócrata.
“Cuando pienso en lo que ocurrió esta noche, considero que la gente de Iowa ha mandado un mensaje muy profundo al establishment político, económico y mediático”, dijo Sanders tras conocerse los resultados. Por su parte, Clinton brindó un discurso más de campaña que de ganadora, en el que ahondó en sus propuestas en salud, educación y derechos.
“Raramente contamos con la oportunidad, como ahora, de tener una verdadera pelea de ideas”, dijo Clinton, aludiendo a los resultados tan cercanos entre ella y el senador de Vermont. “Soy una progresista que logra que las cosas se hagan”, apuntó, en un intento por posicionarse un poco más a la izquierda. La clave del ascenso de Sanders se encuentra en el voto de los jóvenes: en Iowa fue votado por 84% de los electores de entre 17 y 29 años -que lo apoyan por su discurso contra las firmas millonarias, a favor del medioambiente y en defensa de los derechos de las mujeres- y los medios locales lo llaman “el candidato de los hipsters”. Con miras a la Convención Nacional del partido Demócrata, que será el 25 de julio, Clinton obtuvo 23 delegados en Iowa y Sanders, 21.
Largo camino a la Casa Blanca
Las primarias de Iowa abrieron un proceso electoral que durará seis meses y cuya continuación será el martes, cuando se vote en New Hampshire. En la semana del 20 al 27 de febrero se realizarán las elecciones primarias en Nevada y Carolina del Sur antes de llegar al “supermartes” del 1º de marzo: en esa fecha se acumulará el mayor número de primarias, ya que votarán 14 estados en simultáneo. Se considera que después de esa instancia ya quedarán más claramente perfilados los favoritos a disputar las elecciones presidenciales.
Las primarias terminarán el 14 de junio para dar paso a la segunda fase de las elecciones, en la que cada partido realiza su convención nacional y los delegados de todo el país eligen entre los precandidatos. Una peculiaridad es que los delegados no están comprometidos a votar lo mismo que votaron en las primarias de cada uno de sus estados.
Una vez definidos los candidatos, vendrán los debates presidenciales y las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. El futuro presidente de Estados Unidos asumirá su cargo el 20 de enero de 2017.