El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, fue notificado formalmente ayer de que se presentó ante el Supremo Tribunal Federal (STF) un pedido para que sea separado de su cargo de diputado. La solicitud fue presentada en diciembre por el procurador general de la República, Rodrigo Janot.

Después de esta notificación, Cunha tiene un plazo de diez días para presentar su defensa, que será estudiada por el juez Teori Zavascki, que lleva adelante los casos vinculados a la red de corrupción de Petrobras, en el marco de los cuales Cunha está acusado. Este juez tendrá que estudiar la acusación y la defensa y presentar el caso ante el tribunal junto con una recomendación sobre la resolución.

Zavascki dijo a los medios brasileños que esta instancia podría desarrollarse a fines de febrero o comienzos de marzo. Además, aclaró que antes de decidir si Cunha es separado del cargo es necesario que el STF vote si acepta o no las denuncias de Janot contra Cunha por el caso Petrobras, que fueron presentadas en un escrito aparte y que también están pendientes de resolución.

Éste es el tercer escrito que presenta Janot ante el STF por las actuaciones de Cunha. En uno de éstos denuncia que el presidente de la Cámara de Diputados pudo haber mantenido una cuenta en secreto en Suiza. Cunha negó esta acusación el año pasado ante la Justicia y ante la comisión parlamentaria que investigaba el caso Petrobras. Como se sospecha que mintió ante sus colegas, el Comité de Ética también investiga la existencia de esta cuenta y podría cesarlo en el cargo. Este caso es investigado también por la Justicia.

Otro de los escritos es una denuncia por corrupción y lavado de dinero en el marco de la red de corrupción de Petrobras. Uno de los delatores de esa causa dijo que Cunha lo había presionado para que le pagara más de 1.000.000 de dólares a cambio de otorgar a la empresa coreana Samsung uno de los contratos de la petrolera de forma irregular.

El STF todavía no decidió si acepta esta denuncia. Si bien le corresponde hacerlo porque Cunha ocupa un cargo público, la defensa de Cunha pidió que se suspenda el proceso hasta que él deje la presidencia de la Cámara de Diputados. Su argumento es que Cunha está tercero en la línea sucesoria de la presidencia de la República y que, por lo tanto, al igual que la figura del presidente, no puede ser juzgado por hechos extraños al ejercicio de su cargo hasta que lo deje.

Janot presentó en estos días el argumento de la Procuraduría General para que el proceso continúe. Allí indica que esta limitación se aplica sólo a la figura del presidente. Además, asegura que Cunha “siempre se mostró [...] extremadamente agresivo y dispuesto a tomar represalias contra quienes se colocan en su camino para contrariar sus intereses”. Janot también recuerda que el delator en principio mencionó a otros diputados pero no a Cunha, por miedo a eventuales represalias. Así lo dijo más adelante, al confesar que Cunha también estaba involucrado cuando la Procuraduría ya tenía indicios de eso. El presidente de la Cámara de Diputados ha tenido “innumerables y reiterados comportamientos ilícitos” para “garantizar sus actividades ilícitas”.

Si el STF decide aceptar esta denuncia, Cunha pasaría a estar procesado, pero no estaría obligado a dejar su cargo, y él ya adelantó que no lo dejará. A comienzos de febrero Cunha dijo: “El hecho de que acepten la denuncia no significa que sea condenado”. Consultado sobre si permanecería en el cargo, respondió: “Voy a continuar en cualquier circunstancia”. Además, recordó que otros diputados ya han sido imputados por la Justicia y no por eso han tenido que dejar su cargo.

En otro terreno

En la solicitud que presentó en diciembre para que Cunha sea alejado del cargo, Janot decía que el presidente de la cámara baja “adoptó, hace mucho tiempo, posiciones absolutamente incompatibles con el debido proceso legal, valiéndose de su cargo de presidente de la Cámara de Diputados únicamente con el objetivo de protegerse a sí mismo mediante acciones espurias para evitar las investigaciones sobre su conducta, tanto en la esfera penal como en la política”.

Ayer, en declaraciones a los medios, Janot ejemplificó este punto con lo que ha sucedido en los últimos meses en la investigación que lleva adelante el Comité de Ética. El proceso comenzó en noviembre, pero distintas maniobras de Cunha lo llevaron a tener que empezar de vuelta dos veces, una de ellas a comienzos de febrero.

A raíz de estas idas y venidas, ayer se debería haber decidido en una votación, por segunda vez en menos de tres meses, si el Comité de Ética acepta investigar a Cunha por incumplir las normas de la cámara. Sin embargo, la votación se postergó para hoy porque uno de los partidos presentes en el comité cambió al diputado que había designado, que votaría a favor de la investigación, por otro que lo hará en contra.

La defensa de Cunha anunció ayer que recurrirá al STF para pedir que la investigación en el Comité de Ética sea postergada hasta que se resuelva si él continuará en la cámara baja.