Gabriela Zapata, ex pareja del presidente boliviano, Evo Morales, fue detenida el viernes y ayer ingresó a una cárcel de mujeres. La Justicia ordenó un régimen de prisión preventiva para Zapata, a quien el gobierno acusó de enriquecimiento ilícito con perjuicio para el Estado, “legitimación de ganancias ilícitas” y complicidad con un uso indebido de influencias. También fueron acusados dos funcionarios del Ministerio de la Presidencia por este caso.

Zapata se hizo conocida durante la campaña hacia el referéndum del domingo 21, en el que finalmente fracasó la iniciativa que habilitaba una segunda reelección del presidente. En febrero, el periodista Carlos Valverde acusó a Morales de haber beneficiado con contratos con el Estado a una empresa china, CAMC Engineering, porque su ex pareja ocupaba allí el cargo de gerenta comercial.

El presidente aclaró que la relación con Zapata terminó en 2007, el mismo año en que un hijo de ambos murió a los pocos meses de nacer, y que desde entonces no la volvió a ver. A esto se refirió ayer una abogada de Zapata, Ángela Burgoa, que le dijo al diario El Deber que el hijo de Morales no murió. En respuesta, la ministra de Transparencia, Lenny Valdivia, negó que el presidente hubiera mentido, exigió a Zapata que se presenten pruebas y manifestó que se iniciará una denuncia por difamación y calumnia.

Según Efe, el gobierno de Morales rescindió uno de los contratos con CAMC Engineering con el argumento de que la empresa incumplió con la obra pactada, y la sancionó con el cobro de garantías por casi 23.000.000 de dólares más la exclusión de licitaciones estatales por tres años.