El ministro de Medios Públicos, Hernán Lombardi, habla de “desmantelar el ministerio de propaganda” que habría construido el kirchnerismo. Para eso, aseguran en la Casa Rosada, además de los despidos también sería necesario derogar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, aprobada en el Congreso en 2009. El gran beneficiado en esta ecuación sería el gran holding mediático argentino Grupo Clarín, ya que la norma significó un parate a su crecimiento. Desde la oposición aseguran que todas estas iniciativas van en una misma línea: construir un “blindaje mediático” que le permita al macrismo avanzar con paso firme en su administración.

A mediados de enero, mientras que en la Radio Continental -perteneciente al grupo Prisa, dueño, entre otras empresas periodísticas, del diario español El País- despedían al periodista Víctor Hugo Morales, entró en crisis el Grupo 23, un holding de medios encabezado por Sergio Szpolski y Matías Garfunkel -empresarios cercanos al kirchnerismo-, que todavía debe los sueldos de diciembre y enero y el aguinaldo de fin de año. Sus 800 trabajadores reclaman mantener sus fuentes laborales en las radios, sitios web, diarios y el canal de televisión CN23. Con ese objetivo llenaron el domingo el Parque Centenario con un recital en el que tocaron Las Manos de Filippi, Chango Spasiuk y Bersuit Vergarabat, entre otros, bajo el lema #NoAlVaciamientoDelG23.

Un nuevo escenario

“La llegada del macrismo significa una reconfiguración del mapa mediático y un reposicionamiento de muchos empresarios de medios. Los que se beneficiaron con la pauta oficial, como Szpolski, ahora se victimizan para justificar un ajuste. Nosotros decimos que hay una gran cantidad de lectores y oyentes que no tienen a dónde ir; cualquier empresario de medios con experiencia en el periodismo vería una posibilidad, y nosotros lo planteamos claramente. Ahora lo dejamos en evidencia saliendo a la calle”, sostuvo en declaraciones a la diaria Claudio Mardones, el delegado del diario Tiempo Argentino, uno de los medios del Grupo 23.

Desde el Ejecutivo dicen que nada tienen que ver con lo que suceda en el mundo privado, pero lo cierto es que en el ecosistema mediático argentino la pauta de la publicidad oficial resulta clave para la subsistencia de cualquier empresa. El macrismo concentra los recursos del Ejecutivo, de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Un futuro incierto

Otra de las grandes discusiones en este momento gira en torno al destino de los medios estatales. A fines de la semana pasada el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos despidió a diez periodistas que trabajaban en Infojus Noticias (Agencia Nacional de Noticias Jurídicas). El lunes, las nuevas autoridades de Radio Nacional les prohibieron el ingreso a los conductores y columnistas que en 2015 habían renovado sus contratos para este año. A las 7.00, varios de ellos discutieron en el hall de entrada de la radio con Ana Gerschenson, la nueva directora del medio. Mientras las nuevas autoridades reivindican el derecho de armar una nueva programación, aquellos que se manifestaban cuestionaban las formas y modos de los despidos, ya que casi ninguno de ellos fue notificado de modo fehaciente de que los contratos firmados habían sido dados de baja. En el intercambio, Gerschenson le dijo al periodista Jorge Halperín: “Vos, Jorge, me agrediste, te revisamos el Twitter”, lo que inmediatamente se transformó en símbolo y pasó a la red social como el hashtag #TeRevisamosElTwitter.

Hasta el momento, la única notificación que existe de los despidos es un documento colgado en la página web de la radio, firmado por el nuevo titular de la empresa Radio Televisión Argentina, Miguel Ángel Pereira. En éste se dice que se clausuran y archivan aquellos contratos que no fueron “perfeccionados”. Se trata de casi 400 casos en todo el país por montos y con condiciones muy disímiles. Algunos son por más de 80.000 pesos argentinos (unos 175.000 uruguayos) por mes, otros simplemente son de trabajadores precarizados. Por ahora, los sindicatos de la radio pública lograron la promesa de la reincorporación de 100 de esos trabajadores, aquellos que tenían los salarios más bajos (menos de 10.000 pesos argentinos, lo que equivale a casi 22.000 uruguayos).

En tanto, los sindicatos reaccionan lentamente. El nuevo Sindicato de Prensa de Buenos Aires marcó un hito con la convocatoria del domingo al Parque Centenario, pero, en lo que respecta a los miles de despedidos a nivel nacional, el gran interrogante en torno a los sindicatos es cómo y cuándo pasarán a la acción. En ese sentido, el líder nacional de la Asociación Trabajadores del Estado, Hugo Godoy, dijo: “En el Estado nacional hay aproximadamente 95.000 trabajadores precarios. Si sumamos las provincias y los municipios, no son menos de 600.000 en todo el país. La precarización laboral es un reclamo que nosotros le realizamos al gobierno anterior, y está siendo la base sobre la cual se asienta esta serie de despidos”. Se espera que en el transcurso de esta semana se decida la fecha exacta, pero los trascendidos señalan que a fines de febrero se realizarán los primeros paros contra el gobierno de Mauricio Macri.

**El periodista es una de las personas que fueron despedidas de Radio Nacional.