En una entrevista que dio a CNN unos días antes de llegar a Buenos Aires, el 14 de marzo, Obama decía: “Usted sabe que a la presidenta [Cristina] Fernández yo la veía a menudo en los eventos del G20 o similares. Teníamos una relación cordial, pero en lo que respecta a sus políticas de gobierno, eran siempre antiestadounidenses”. El presidente opinó que mientras que Fernández “recurría a una retórica” de los años 60 y 70, el actual gobierno argentino “reconoce que estamos en una nueva era”.

El sentimiento es mutuo y los gestos de bienvenida de Macri fueron muchos. Llegó a cambiar la portada de su perfil de Facebook para incluir una foto del presidente estadounidense con el texto: “Bienvenido a la Argentina, Barack Obama”.

Después de reunirse en la Casa Rosada, los dos gobernantes dieron una conferencia de prensa, en la que Macri dijo que interpretaba esta visita como “un gesto de afecto, de amistad, en un momento en que la Argentina emprende un nuevo horizonte, un nuevo cambio”. Dijo que Obama fue una inspiración “para lo que está ocurriendo” en su país: “Usted emergió proponiendo grandes cambios y demostró que eran posibles”.

A su vez, el presidente estadounidense manifestó su voluntad de “trabajar con Argentina en esta transición histórica” y afirmó: “Estamos impresionados por el trabajo que hizo Macri en sus primeros 100 días”. Obama agregó que Argentina “está retomando su papel de líder en la región” y que puede ser un “aliado crítico” de Estados Unidos en el hemisferio sur.

La agenda de los dos presidentes incluyó desde la crisis política en Brasil hasta la posibilidad de establecer acuerdos comerciales, pasando por los atentados del martes en Bélgica. Cuando faltaba un día para que se cumplieran hoy 40 años del golpe de Estado en Argentina, Obama confirmó que planea hacer “un esfuerzo para abrir nuevos archivos” clasificados con información acerca de la dictadura. “Estamos muy agradecidos por el gesto”, dijo Macri. “Si nosotros dialogamos con los otros países, con solidaridad y respeto, los países colaboran con nuestros pedidos”, agregó.

Durante la conferencia de prensa, un periodista del diario La Nación le preguntó cuál cree que fue el papel de Washington en las dictaduras que hubo en la región, y si debe existir alguna autocrítica al respecto. “He pasado mucho tiempo estudiando la política exterior de Estados Unidos y, como en cualquier país, hay momentos de gran gloria y hay momentos que fueron contrarios a lo que Estados Unidos debe representar”, respondió Obama. “Hemos aprendido algunas de las lecciones que no habíamos aprendido en ese momento”, dijo.

Obama había mencionado antes que hoy tiene previsto visitar el Parque de la Memoria para rendir homenaje a “las víctimas de la guerra sucia y de aquellos que defendieron los derechos humanos” en esa época. Ayer el premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel dijo: “Ahí va a hacer un homenaje, y esperemos que, cuando se exprese, hable de la responsabilidad del gobierno de Estados Unidos con la dictadura. Eso sería como comenzar a cambiar algunas cosas”. En esa entrevista con la radio Latina, citada por Página 12, el dirigente aclaró que no se opone a la visita de Obama. Decenas de personas que sí se oponían a su llegada quemaron banderas estadounidenses frente al predio de la Rural, donde el presidente se reuniría con empresarios.

Otra señal de malestar la dieron organizaciones de militantes por los derechos humanos que decidieron no participar hoy en el acto en el Parque de la Memoria. La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, explicó a Radio del Plata que “no hubo consenso” entre las distintas agrupaciones para asistir. “Reconocemos la buena disposición de desclasificar los archivos a partir de nuestro pedido histórico, pero hubiera sido mucho mejor que viniera en otra fecha, en la que no estuviera a flor de piel” el recuerdo del golpe de Estado, dijo.