Ibrahim y Khalid el Bakraoui, dos hermanos que ya estaban en el sistema penal de Bélgica por delitos no vinculados con el terrorismo, fueron identificados por las autoridades belgas como dos de los tres terroristas suicidas que atacaron el martes un aeropuerto y una estación de metro de Bruselas. Ibrahim fue uno de los dos suicidas que detonaron sus explosivos en el aeropuerto Zavantem de Bruselas, y Khalid fue el que se inmoló en la estación de metro de Maelbeek, según confirmó ayer el fiscal general belga, Frédéric van Leeuw.

Las imágenes captadas por las cámaras del aeropuerto muestran que Ibrahim estaba acompañado por dos hombres en el momento de los ataques: uno de ellos fue el responsable de la segunda detonación y las autoridades buscan al otro, que suponen que huyó. Varios medios belgas identificaron a este último como Najim Laachraoui, de 25 años, sospechoso de haber fabricado bombas para el grupo jihadista Estado Islámico y cuyo ADN fue encontrado en dos cinturones explosivos utilizados en los ataques de noviembre en París. También se halló en una casa en Bruselas que fue utilizada por uno de los acusados de atentar en Francia, Salah Abdeslam, antes de que este fuera detenido el viernes, según medios de Bélgica. Esta información no fue confirmada por la Fiscalía.

Un contacto con el taxista que llevó a los tres atacantes al aeropuerto de Bruselas permitió que la Policía llegara a la casa desde la que salieron. Allí encontraron 15 kilos de explosivos, 150 litros de acetona, 30 litros de agua oxigenada, detonadores, una valija llena de tornillos y clavos, y otros materiales usados para fabricar bombas, aseguró el fiscal general. A unos metros de esa casa, en un tacho de basura, encontraron la computadora de Ibrahim, que contenía un mensaje en el que decía que no quería terminar en una celda.

Acerca de Ibrahim, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo ayer que fue deportado en junio desde su país a Bélgica, cuando fue detenido cerca de la frontera con Siria, pero que las autoridades belgas ignoraron la advertencia de que se trataba de un “activista radical”.