El anuncio lo hicieron ayer los representantes de las dos partes reunidos en la cancillería de Venezuela, en Caracas. El representante del gobierno, Frank Pearl, dijo que se resolvió con el ELN instalar una “mesa de conversaciones públicas” en Ecuador con el fin de llegar “a un acuerdo final para terminar el conflicto armado”. Según dijo Pearl, las conversaciones de paz tendrán una “mesa de conversaciones única” con sede en Ecuador pero también se desarrollarán en Venezuela, Chile, Brasil y Cuba, países que actuarán como garantes del proceso junto a Noruega.

El acuerdo, que ayer leyeron Pearl y el líder de los negociadores del ELN, Antonio García -alias de Eliécer Erlinto Chamorro-, establece que el gobierno colombiano y la guerrilla “adelantaron” las negociaciones “como resultado de los diálogos exploratorios y confidenciales” y decidieron iniciar el proceso formal “dada su disposición manifiesta de paz”. Las dos partes coincidieron también en permitir la participación de la sociedad “en la construcción de la paz” y reconocer a las víctimas y sus derechos “con base en la verdad, la justicia, la reparación, los compromisos de no repetición y el no olvido” para la construcción “de una paz estable y duradera”. Estos elementos, dice el texto, “fundamentan el perdón y proyectan el proceso de reconciliación”.

En una declaración que hizo desde la sede del gobierno colombiano, Santos dijo que las negociaciones de paz se iniciarán una vez que se resuelvan ciertos “temas humanitarios, incluido el secuestro”. Agregó: “Para el gobierno no es aceptable avanzar en una conversación de paz con el ELN mientras este mantenga personas secuestradas”. Esas liberaciones fueron una de las principales condiciones que antepuso Santos para iniciar formalmente una negociación con el ELN. Hace unos días, en una muestra de su compromiso, el grupo guerrillero liberó al empleado público Ramón de Jesús Cabrales y al militar Jair de Jesús Villar, a quienes mantenía secuestrados desde setiembre y febrero, respectivamente.

El presidente aclaró ayer que la negociación con el ELN tendrá “una naturaleza muy distinta” al proceso con las FARC que se desarrolla en La Habana y que comenzó hace más de tres años, porque “son organizaciones muy diferentes, y porque estamos en un momento con otras características”. También aseguró que “dejó claro desde un principio” que no cederá ante ciertos reclamos del ELN, así como no lo hizo con las FARC: “La agenda para acabar la guerra no incluye la negociación de nuestro sistema económico o político, ni del régimen de propiedad privada. Ni mucho menos temas relacionados con la doctrina militar o nuestra fuerza pública”. Santos informó también que el gobierno buscará aplicar mecanismos ya acordados con las FARC, como una Comisión de la Verdad, un Tribunal para la Paz y procedimientos para el cese del fuego y de hostilidades definitivo, entre otros.

El gobierno de Colombia y el ELN mantienen contactos exploratorios desde junio de 2014, pero no habían logrado ponerse de acuerdo sobre la agenda de negociación y la logística para el proceso. En un principio, el diálogo giraría en torno a seis puntos: participación de la sociedad; democracia para la paz; víctimas; transformaciones para la paz; seguridad para la paz y dejación de las armas; y garantías para el ejercicio de la acción política.

El anuncio sobre el inicio formal de estas conversaciones se conoce cuando las negociaciones del gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no llegaron a la firma de un acuerdo de paz debido a las diferencias entre las partes acerca de los lugares de concentración de guerrilleros para el momento de dejar las armas y las condiciones para que esto se lleve adelante. La falta de acuerdo el miércoles 23, la fecha que estaba prevista, causó escepticismo sobre el proceso y una caída en el apoyo a la gestión de Santos.

El jefe negociador de las FARC en La Habana, Iván Márquez, dijo en su cuenta de Twitter que su guerrilla y el ELN buscan “la paz con justicia social”. Usando en cada mensaje el hashtag DosMesasUnSoloProceso, Márquez aseguró que el de ayer fue un “día histórico”.