La popularidad de Keiko Fujimori ha sido una de las constantes en la campaña electoral de Perú. Mientras otros postulantes subían y bajaban en las encuestas, y un par de candidaturas caían por el camino a causa de distintas impugnaciones, ella mantenía su lugar de favorita. Pero incluso Fujimori llega a las elecciones del domingo con incertidumbres, no sólo por el resultado de la votación, sino por los recursos contra su candidatura que hasta ayer estaban a la espera de un pronunciamiento de las autoridades electorales.

La candidata de Fuerza Popular fue acusada de entregar plata a votantes mediante un concurso de baile organizado en febrero por el colectivo Factor K, que pertenece a la juventud fujimorista. El sábado las autoridades electorales declararon infundada la denuncia y la desestimaron, pero esta decisión, criticada por varios dirigentes de otros partidos, fue apelada y se espera un nuevo fallo antes del domingo.

Las objeciones a la figura de Keiko no son sólo legales. Decenas de miles de personas participaron en manifestaciones contra la candidata el martes, en el aniversario del autogolpe que el 5 de abril de 1992 dio su padre, el ex presidente Alberto Fujimori -preso por violaciones a los derechos humanos y corrupción-. Las protestas fueron convocadas por la plataforma “No a Keiko”, que llama a “derrotar al fujimorismo por considerarlo un movimiento antidemocrático que reivindica al reo Alberto Fujimori”.

“Me da satisfacción que miles de jóvenes salgan a la calle a marchar contra la dictadura, a apoyar la democracia; es parte de la memoria del país; muchos de estos jóvenes que marchan en esa época eran niños o no habían nacido [cuando Fujimori dio el autogolpe]”, dijo el presidente Ollanta Humala al canal Latina, según citó la agencia de noticias Sputnik Nóvosti. Otra agencia, Efe, informó que la candidata de Fuerza Popular dijo que respeta las manifestaciones en su contra, pero le pidió a Humala que mantenga “la neutralidad” en el proceso electoral y dijo que espera que el Jurado Nacional de Elecciones no “le tenga que llamar la atención” para que lo haga.

El rechazo a la figura de Alberto Fujimori se hizo sentir también en la polémica que generó el anuncio de uno de los principales rivales de Keiko, Pedro Pablo Kuczynski, cuando dijo que si gana las elecciones permitirá que el ex gobernante cumpla el resto de su condena -fue sentenciado a 25 años de prisión en 2009- en régimen de arresto domiciliario. El dirigente argumentó que no se trataba de una norma pensada para el ex presidente, sino de “una iniciativa que se ha discutido hace mucho tiempo para que gente de cierta edad pueda cumplir su condena en su casa”.

El efecto que pudieran tener en los votantes las movilizaciones del martes no va a conocerse antes del domingo, ya que en la semana previa a las elecciones no está permitido publicar encuestas. Los últimos estudios de intención de voto concluían que Fujimori será la más votada, pero que no podrá evitar una segunda vuelta, en la que deberá competir con Kuczynski -ex ministro de Fernando Belaúnde y de Alejandro Toledo- o con la candidata de la izquierda peruana, Verónika Mendoza. En los sondeos, Kuczynski aparece con una ventaja frente a Mendoza, pero es tan reducida que se considera a los dos dirigentes en empate técnico.

Si Fujimori es la candidata fuerte en esta campaña, Mendoza es la novedad. La líder del Frente Amplio peruano pasó de apenas 2% a cerca de 14% de intención de voto a ser protagonista de la contienda. Aunque aparece en las encuestas un par de puntos por debajo de Kuczynski, el director de la consultora Ipsos, Alfredo Torres, opinó en un artículo que hay que tener en cuenta que “Mendoza lo aventaja en juventud y en cercanía a los sectores populares”.

Algunos rivales políticos la han calificado de “chavista”, pero la candidata del Frente Amplio de Perú se identifica más con Uruguay. “No hay un país del que quieras copiar todo, porque nuestra realidad es diferente, ¿pero por qué no evocar a Uruguay, donde tienen un Estado fuerte y transparente?”, dijo Mendoza, según citó la agencia Reuters.

Kuczynski es uno de los rivales críticos con Mendoza. En un acto de campaña, el candidato del partido que lleva sus iniciales, Peruanos por el Kambio, descalificó a varios de sus rivales: “Yo trabajo en equipo. Aquí no es cuestión de una señora que tiene un padre famoso, o de otro tipo que se pone pantalones escoceses o de una media roja que dice que sabe hacer las cosas y no ha hecho nada en su perra vida”. El de la ropa a cuadros es Alfredo Barnechea, candidato del Partido Acción Popular, quien ha dicho que Fujimori y Kuczynski representan el mismo modelo y que un balotaje entre ellos sería “una elección entre Keiko y Pepekeiko”. Todo indica que la “media roja” es Mendoza, la única candidata de izquierda.

Mendoza fue electa diputada por el Partido Nacionalista del actual presidente, Ollanta Humala, pero se alejó de esa organización política en 2012, cuando el gobierno envió a militares a reprimir una protesta contra un emprendimiento minero. Por entonces, Humala dejó atrás el discurso nacionalista y se acercó más a la derecha, y varios dirigentes dejaron de respaldar a un gobierno que mantuvo una bajísima popularidad durante buena parte de su mandato, entre ellos varios economistas que hoy integran el equipo de Mendoza.

Hasta el domingo tampoco se va a conocer cómo reciben los votantes la revelación, en el marco de los Panama Papers, de que dos de los contribuyentes a la campaña de Fujimori tenían empresas offshore. En esos documentos, informó Efe, se menciona también a Kuczynski, que aparece como firmante de una carta de recomendación para un ex banquero, y a colaboradores de dos ex presidentes que también son candidatos en estas elecciones: Alan García y Alejandro Toledo.

Según una encuesta de la consultora Vox Populi, publicada por el diario peruano La República el 1º de abril, 24% de los peruanos todavía no había decidido a quién votaría el domingo.