El juez brasileño Sérgio Moro condenó a 23 años y tres meses de prisión a José Dirceu, que fue un referente del Partido de los Trabajadores y mano derecha de Luiz Inácio Lula da Silva durante sus dos gobiernos. El ex jefe de gabinete (2003-2005) fue condenado por corrupción pasiva, participación en organización para delinquir y lavado de dinero en el marco de la investigación acerca de la red de corrupción de Petrobras.

Moro consideró que Dirceu fue “uno de los creadores del complejo esquema delictivo que implicó diversas estructuras de poder, tanto público como privado” y que “ocupó un papel destacado” en “el núcleo político de la organización criminal”. Aun así, consideró que él no era el “comandante” de la trama, sin develar quién ocupa ese lugar. La edición de la revista Veja del fin de semana informó, citando fuentes que no identificó, que la Procuraduría General de Brasil considera que el “comandante” era Lula, una versión que fue negada por la defensa del ex presidente.

La pena de Dirceu, que tiene 70 años, es la más larga dictada hasta el momento en el marco de esta causa; hasta ahora, la máxima era de 20 años y diez meses. “Es un castigo absolutamente excesivo, es una verdadera cadena perpetua, es cruel”, dijo su abogado defensor, Roberto Podval, antes de agregar: “Él va a morir en prisión”.

En su dictamen, Moro manifestó que mientras cumplía la condena por el mensalão, dictada en 2012, Dirceu se implicó en un nuevo esquema de corrupción y recibió el pago de coimas. Sin embargo, no aceptó ninguno de los agravantes que había solicitado la Fiscalía.

De acuerdo con la Fiscalía,Dirceu recibió unos cuatro millones de dólares de la trama de corrupción de Petrobras. Además de la condena de prisión, Moro decretó el bloqueo de bienes y activos en cuentas bancarias del ex ministro y le ordenó pagar una multa.

Además de Dirceu, Moro condenó a otras 14 personas por corrupción pasiva. Entre ellas figura el ex tesorero del Partido de los Trabajadores, João Vaccari Neto, que fue condenado a nueve años de prisión. Vaccari Neto ya había sido condenado, también en el marco de la Operación Lava Jato, a 15 años y cuatro meses de prisión por participación en organización para delinquir, lavado de dinero y un cargo anterior de corrupción pasiva por haber recibido coimas en el marco de la red de corrupción en Petrobras. Es probable que las penas que debe cumplir sean unificadas en una única condena, un proceso habitual en Brasil. Según la defensa de Vaccari Neto, no hay pruebas contra su cliente, sino sólo testimonios de personas investigadas que decidieron hacer acuerdos con la Fiscalía para recibir una reducción de pena.

Ayer, por primera vez desde que comenzó la investigación, uno de esos acuerdos fue anulado. En el mismo dictamen en el que condenó a Dirceu y a Vaccari Neto, Moro ordenó que uno de los delatores pierda los beneficios de la reducción de la pena por haber mentido ante la Justicia. Es el caso del empresario y lobbista Fernando Moura, que fue condenado a 16 años y dos meses de prisión. “No se trata de una decisión severa: el colaborador que miente, además de comprometer su acuerdo, coloca en riesgo la integridad de la Justicia y la seguridad de terceros que pueden ser incriminados indebidamente”, dijo Moro en su dictamen.