La escasez de vivienda, la saturación y el costo elevado del transporte y la contaminación del aire son los problemas más preocupantes para los londinenses y también son los más desarrollados en los programas de gobierno de los candidatos a alcalde de Londres que compiten en las elecciones del jueves.

La población de la ciudad creció en 900.000 personas desde 2008, cuando fue electo el actual alcalde, Boris Johnson. Muchos de los nuevos habitantes son ciudadanos de la Unión Europea que llegaron a estudiar o a trabajar en la construcción o en el sector de las finanzas, informó la agencia de noticias AFP.

Sin embargo, la campaña se ha centrado en los ataques personales de un candidato al otro. El laborista Sadiq Khan tiene una ventaja de más de diez puntos porcentuales sobre el conservador Zac Goldsmith, y este ha intentado restarle apoyo vinculándolo con el extremismo islámico debido a que proviene de una familia musulmana. El domingo, por ejemplo, utilizó una foto de los atentados terroristas de 2005 en Londres para ilustrar una columna de opinión en la que enumeraba las consecuencias negativas de votar a Khan. “¿Vamos a entregar la más grande de las ciudades al Partido Laborista, que piensa que los terroristas son sus amigos?”, preguntaba en el texto Goldsmith, quien recibió el apoyo del primer ministro británico, David Cameron, también integrante del Partido Conservador. Por su parte, Khan ha acusado a Goldsmith de utilizar tácticas de campaña similares a las de Donald Trump.

La campaña ha sido criticada tanto por laboristas como por conservadores por las agresiones que ha habido entre los candidatos y la falta de propuestas. A diferencia de otras elecciones, no ha habido proyectos insignia que atrajeran la atención de los londinenses, que terminarán eligiendo entre dos figuras bien diferentes.

Khan, un abogado especializado en derechos humanos, es hijo de un inmigrante paquistaní conductor de ómnibus y de una costurera británica. Fue al colegio y el liceo públicos y creció en una vivienda social en el barrio de Tooting, donde sigue viviendo.

Goldsmith es un heredero de una dinastía de banqueros, multimillonario y judío no religioso. Se educó en el elitista colegio Eton, al que también asistió Cameron, y creció en una mansión en Richmond, barrio en el que todavía vive.

También están atentos a las elecciones del jueves los líderes de los grandes partidos británicos: el conservador Cameron y el laborista Jeremy Corbyn. La votación permitirá a Cameron ver cómo les va en Londres, una ciudad cosmopolita, a candidatos que defienden las dos posiciones en juego en el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea. En cuanto a Corbyn, su futuro al frente de los laboristas, entre los cuales todavía enfrenta muchas resistencias, se verá influenciado por los resultados del jueves. Si bien ambos líderes respaldan a los candidatos de sus partidos, ni Cameron ni Corbyn tuvieron protagonismo en la campaña.

Además de Londres, el jueves también votarán Escocia, Gales e Irlanda del Norte, en este caso para elegir sus parlamentos regionales. Tanto en Escocia como en Gales los laboristas tienen problemas para mantener sus posiciones. En Escocia intentan mantenerse como principal partido de la oposición, lugar que le disputan los conservadores. Se da por descontado que las elecciones las ganará el Partido Nacionalista Escocés (SNP, por su sigla en inglés), aunque las encuestas no permiten asegurar si mantendrá la actual mayoría absoluta.

En Gales ha crecido el nacionalista Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP, por su sigla en inglés), que en las elecciones del jueves podría ingresar por primera vez a un parlamento regional. Con la disputa volcada a la derecha, entre el Partido Conservador y el UKIP, el Partido Laborista parece tenerla fácil para renovar su bancada, que es la mayor en el legislativo de Gales.