El primer ministro de Francia, Manuel Valls, anunció ayer que aprobaría la reforma laboral sin someterla a la votación de la Asamblea Nacional, donde se enfrentaría a la falta de apoyo de decenas de diputados oficialistas que ya adelantaron su rechazo a la propuesta. Para eludir la instancia parlamentaria, el gobierno tuvo que recurrir al artículo 49.3 de la Constitución francesa. Valls justificó ante los legisladores el uso de ese instrumento con el argumento de que “el país debe avanzar” y porque “las relaciones salariales y los derechos de los empleados deben progresar”. Agregó: “Tras los cambios introducidos, el texto es coherente, fruto de un compromiso”.

La decisión, adoptada oficialmente después de un Consejo de Ministros, ocurre cuando en las calles francesas se registran continuas protestas y manifestaciones -desde fines de marzo- contra este proyecto de ley de reforma laboral. La siguiente protesta está prevista para mañana, según confirmaron distintos sindicatos y organizaciones estudiantiles.

Unas horas después del anuncio de Valls, los partidos de derecha Los Republicanos y Unión de Demócratas e Independientes presentaron una moción de censura contra el gobierno francés por esta decisión de aprobar la reforma laboral sin el pronunciamiento de la Cámara de Diputados y sin votar las más de 5.000 enmiendas presentadas, mediante un recurso que calificaron de “antidemocrático”. En el texto en el que justificó su decisión, la oposición explica que si el gobierno se ve obligado a recurrir a ese instrumento constitucional es por el “punto muerto” al que el presidente francés, François Hollande, condujo al país. La moción de censura se someterá a votación mañana. Si llega a ser aprobada, el gobierno debería dimitir, mientras que, si es rechazada, el proyecto de ley quedaría adoptado en primera lectura por la Asamblea Nacional y pasaría al Senado.

Valls dijo ayer, en una entrevista con la cadena TF1, que “le duele” haber utilizado ese tipo de instrumento, pero que no lo hizo para aprobar la reforma “por la fuerza”, sino porque “cree que ese texto es útil”. Agregó que no le preocupa que su gobierno pueda ser derribado por la moción de censura presentada por la oposición. “Que cada uno asuma sus responsabilidades. Si hay diputados de izquierda que quieren votar la moción de la derecha, sólo tienen que hacerlo. Pero qué contradicción. Eso quiere decir que aprueban un proyecto que cuestiona el modelo social que nosotros modernizamos”, dijo.