La relación entre el papa Francisco y el gobierno de Mauricio Macri ha tenido sucesivos momentos tensos, uno de estos el fin de semana. Días atrás, el gobierno había donado 16.666.000 pesos argentinos (alrededor de un millón de dólares) a la organización civil Scholas Occurrentes, una iniciativa que impulsó en Buenos Aires Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de esa ciudad y que tomó dimensión mundial cuando comenzó su papado.
El Ejecutivo de Mauricio Macri consideró que “las líneas de acción que lleva a cabo la Red Mundial de Escuelas Scholas Occurrentes […] se alinean con las metas propuestas por el gobierno nacional en materia de inclusión educativa, pobreza cero, lucha contra el narcotráfico y unión de todos los argentinos”, y con ese argumento decretó la donación. El gobierno ya le había avisado al papa que tomaría esa decisión. El subsecretario de Culto, Alfredo Abriani, se lo había anunciado en el cierre del VI Congreso Mundial de Scholas, en mayo, informó el diario La Nación.
Sin embargo, los directores mundiales de la organización, José María del Corral y Enrique Palmeyro, rechazaron la donación. “Teniendo en cuenta que hay quienes pretenden desvirtuar este gesto institucional […] con el fin de generar confusión y división entre los argentinos […] convenimos en suspender el aporte económico”, dijeron en una carta, en la que también se explicita que estos fondos iban a ser destinados a “sufragar los gastos de personal, infraestructura y equipamiento” de la sede de Scholas Occurrentes en Argentina.
Según informaron los diarios La Nación y Página 12, Del Corral y Palmeyro rechazaron la donación porque Bergoglio les dijo que lo hicieran. “El gobierno argentino tiene que acudir a tantas necesidades del pueblo que no tienen derecho a pedirle un centavo”, les escribió Bergoglio, según La Nación. El gobierno aceptó ese rechazo con una carta del jefe de Gabinete, Marcos Peña, en la que reiteró su “compromiso” de “acompañar” a la organización.
Fuentes cercanas al gobierno dijeron a La Nación que el rechazo fue una sorpresa en la Casa Rosada, porque Del Corral y Palmeyro pidieron la donación e incluso especificaron la cifra. Un obispo cercano a Francisco, que también pidió no ser identificado, dijo al mismo diario que el rechazo del papa no es una señal para el gobierno sino “una recomendación” a los dirigentes de Scholas.
Sin embargo, desde que se conoció la donación hubo quienes la interpretaron como un esfuerzo excesivo del Ejecutivo de Macri para acercarse al papa, con el que no parece tener un buen vínculo. “El que piensa que por darle plata” a una organización vinculada con el papa “está haciendo un ‘gesto a Francisco’ es realmente un pelotudo, además de un corrupto y un prevaricador”, escribió en su cuenta de Facebook el argentino Juan Grabois, fundador del Movimiento de los Trabajadores Excluidos que acaba de ser designado por Bergoglio consultor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz.
También criticó la donación el legislador porteño Gustavo Vera, director de la fundación social La Alameda y amigo personal de Bergoglio. “En el gobierno piensan que hay hombres que tienen un precio”, dijo a Página 12. En declaraciones a otros medios lamentó que el Ejecutivo piense que puede “comprar” la “distensión” en su relación con Francisco. “Lo que Francisco espera del gobierno […] es una mesa de diálogo. Esto no se arregla con 16 millones, ni con 160 ni con 1.660”, agregó.
También se refirió a esas diferencias el diputado kirchnerisa Axel Kicillof, y dijo que “no hay que ser muy sutil para darse cuenta de que todo lo que ha exhibido el gobierno de Macri va en dirección opuesta a lo que predica el papa Francisco”.