La pregunta que tienen que responder hoy los británicos en referéndum es sencilla: “¿Debería Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea (UE) o abandonar la Unión Europea?”. Las consecuencias que implique el resultado, sin embargo, son más complicadas. Partidarios y detractores de la salida de Reino Unido de la UE -o brexit- aprovecharon el último día de campaña para ganar el voto de los indecisos.
El primer ministro David Cameron cerró su campaña a favor de la permanencia en la UE insistiendo en lo “irreversible” de la decisión que se toma hoy. “Si saltás del avión no podés trepar y volver a entrar por la ventanilla. Por ese motivo, cualquiera que tenga dudas debe votar por permanecer en la UE”, dijo el líder conservador en un acto en Birmingham. “Ya sea para combatir el cambio climático, para luchar contra el terrorismo, para plantar cara a [el presidente de Rusia, Vladimir] Putin o para lidiar con Estado Islámico, somos más fuertes unidos”, afirmó. Por su parte, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, alertó del impacto del brexit en el sistema de salud, y el alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijo que la permanencia es lo mejor “para el empleo, la seguridad, los derechos y los valores laboristas”.
El líder del euroescéptico Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, dijo que el referéndum es un desafío entre “el pueblo y el poder establecido” y agregó: “Podemos votar por el cambio real. Podemos votar para recuperar nuestro país, para recuperar nuestras fronteras”. Llamó a convertir esta jornada en “el día de la independencia”. El otro político que lideró la campaña del brexit, Boris Johnson, dijo que “es hora de dejar el sistema fallido y disfuncional de la UE” y “recuperar el control”.