Varias encuestas de intención de voto publicadas el domingo en España confirman que el PP se mantiene como favorito y que Unidos Podemos -la coalición electoral formada por los partidos de izquierda Podemos e Izquierda Unida- desplazaría del segundo lugar al PSOE, por primera vez en casi 40 años. Esto implicaría una fuerte derrota para el partido que históricamente lideró la izquierda en España y dejaría a Sánchez ante la difícil decisión de apoyar a Unidos Podemos o abstenerse y permitir un gobierno del PP para evitar que los españoles tengan que acudir a las urnas por tercera vez.

Ayer, en diálogo con la radio española Onda Cero, Sánchez rechazó las dos posibilidades. “No vamos a apoyar ningún gobierno del Partido Popular e Iglesias no va a ser presidente del gobierno”, dijo, aunque no aclaró si estaría en contra de un gobierno de Unidos Podemos que no sea presidido por Iglesias. “No vamos a apoyar ningún gobierno que fragmente la soberanía nacional de España y no vamos a apoyar ningún gobierno que cuestione la viabilidad económica y social de nuestro Estado de bienestar y el incipiente crecimiento económico”, dijo, en alusión a Podemos. También opinó que apoyar a un gobierno del PP “sería traicionar a los votantes socialistas”.

Aunque Rajoy lidera las últimas encuestas de intención de voto, no tiene opciones reales de gobernar sin pactar con otro partido. El presidente en funciones volvió a plantear ayer que en las elecciones habrá sólo dos opciones: el triunfo del PP, que describió como “la única fuerza moderada”, o el de los “extremistas” de Unidos Podemos. A los socialistas los descartó por completo. “Yo les digo a todos los moderados que concentren el voto en el PP”, dijo en una entrevista en TVE, apelando en particular al voto de quienes en diciembre apoyaron a Ciudadanos, que se ubica como cuarta fuerza. Rajoy ofreció de nuevo un acuerdo al PSOE, una alternativa “sensata” que evitará repetir elecciones, según dijo, y pidió que en caso de que los socialistas no acepten, se deje gobernar al partido más votado.

Por su parte, Iglesias dijo que la coalición que lidera se encuentra en situación de “empate técnico” con el PP, y volvió a reclamar el “voto útil” para su partido porque, en su opinión, es el único capaz de ganarles a los conservadores. También llamó al PSOE a formar un gobierno de izquierda: “Espero que los socialistas reflexionen y lleguen a un acuerdo con nosotros, y si prefieren que gobierne el PP, que lo digan abiertamente”.

Sánchez, sin embargo, ya dejó clara su postura y está dedicando el último tramo de la campaña a conquistar a los indecisos, que representan 30% del electorado. “A quienes se sienten defraudados con aquellos que bloquearon el cambio, les pido que confíen en el PSOE. No les vamos a fallar, vamos a cumplir”, dijo ayer en un acto en Madrid en referencia a Iglesias, que en abril no quiso apoyar su investidura.

En tanto, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, sigue presentando a su partido como la opción “centrada” con capacidad de pactar. En un acto en Galicia, Rivera acusó a Rajoy de “aferrarse al sillón” presidencial y de sembrar la posibilidad de que haya una tercera ronda electoral, según informó el diario español Público. Además, cuestionó la actitud de Sánchez, centrada en su partido y no en las alianzas que podrían sacar a España de la situación trunca en la que se encuentra, y le pidió que decida “qué quiere ser de mayor”.

La campaña electoral española termina el viernes, y el PSOE, que alcanzó 90 de las 350 bancas de diputados en diciembre, todavía no anunció una política de pactos.