El Parlamento alemán reconoció ayer como “genocidio” las muertes de cientos de miles de armenios en 1915 a manos del imperio otomano, y también responsabilizó al imperio alemán, que por entonces era su aliado y que “permitió” que se realizaran “las matanzas masivas, la limpieza étnica, las expulsiones”. La iniciativa fue pactada por todos los partidos políticos alemanes y se aprobó con sólo una abstención y un voto en contra.

Si bien Turquía reconoce aquellas muertes, no considera que el imperio otomano haya cometido un “genocidio”. En los días previos a esta sesión parlamentaria, cuando se sabía que la votación estaba en la agenda, el gobierno turco manifestó su rechazo a una resolución de este tipo, y ayer lo ratificó. El presidente Recep Tayyip Erdogan había advertido que la aprobación de esta iniciativa dañaría “los lazos diplomáticos, económicos, políticos y militares” entre Turquía y Alemania.

Como respuesta, el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, aseguró que ni él ni el Parlamento se dejarán intimidar por amenazas. El escenario de fondo de la votación de ayer se completa con el acuerdo de la Unión Europea con Turquía, que fue impulsado por Alemania y permite que refugiados que llegan a las costas europeas sean regresados a Turquía.

Ayer el portavoz del gobernante Partido de Justicia y Desarrollo turco, Yasin Aktay, dijo que esa resolución alemana “daña seriamente” las relaciones entre los países. Ayer en el Parlamento turco preparaba una declaración de repudio que ya contaba con el apoyo del gobernante Partido de Justicia y Desarrollo y los opositores Partido Republicano del Pueblo y Movimiento de Acción Nacionalista. Sólo el pro kurdo Partido Democrático del Pueblo anunció que no adhería al documento.

También hubo reacciones en el Ejecutivo. “No hay nada vergonzoso en nuestra historia. Turquía nunca, nunca va a aceptar esto”, dijo el primer ministro, Binali Yildirim, mientras el canciller, Mevlut Cavusoglu, acusó a Alemania de tener un parlamento “irresponsable” y de querer “ocultar las páginas oscuras” de su historia lanzando acusaciones a otros países. La decisión del Bundestag es “un error histórico” que tendrá “la respuesta necesaria”, advirtió el vicepresidente, Numan Kurtulmus. Horas después, el propio Erdogan informó a los medios que “la primera reacción es llamar a consultas al embajador” turco en Berlín, Hüsein Avni Karslioglu, quien ya emprendió el viaje de regreso a su país. Erdogan, de visita oficial en Kenia, dijo que cuando regrese a su país el gobierno “va a debatir qué pasos tomará”. Consultado al respecto, no descartó que esta decisión de Alemania afecte el acuerdo migratorio que su gobierno firmó con la Unión Europea.

El canciller alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo que espera que “no haya reacciones exageradas” a la votación del Bundestag y agregó que Turquía y Alemania se necesitan mutuamente para enfrentar la “crisis” en Medio Oriente y los “movimientos migratorios” hacia Europa.