El reparto de cargos del Ejecutivo entre aliados del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) por parte del presidente interino Michel Temer forma parte de un plan dirigido a terminar con la investigación de la red de corrupción de Petrobras. Esa es la interpretación que presentó el procurador general, Rodrigo Janot, ante el Supremo Tribunal Federal al pedir que fueran detenidos de forma preventiva varios jerarcas brasileños, solicitud que fue rechazada.
Janot argumenta que con las designaciones se buscaba “construir una amplia base de apoyo político” para aprobar en el Congreso cambios al ordenamiento jurídico vigente en Brasil. Entre otros ejemplos, Janot señala la presunta intención del gobierno interino de prohibir los acuerdos por los cuales los acusados revelan todo lo que saben a cambio de una rebaja de la pena, la “declaración premiada”.
El titular de la Procuraduría General llegó a estas conclusiones tras escuchar los audios grabados por Sérgio Machado, el ex presidente de Transpetro -una de las subsidiarias de Petrobras-. Machado grabó sus conversaciones con jerarcas del Ejecutivo y el Legislativo y después las difundió en los medios de comunicación. Las revelaciones que se realizan en las conversaciones llevaron a que dos ministros de Temer dejaran su cargo.
Machado fue acusado por varios cargos de corrupción y alcanzó un acuerdo de declaración premiada con la Justicia. Ayer se dio a conocer su confesión: dirigentes políticos recurrían a él para que solicitara donaciones a las empresas que se favorecían de contratos con Transpetro. Estas donaciones eran como una coima, pero se disfrazaban de legales, ya que eran declaradas ante la justicia electoral.
Machado dijo que recurrieron a él, con conocimiento de que el sistema era ilegítimo, dirigentes de los ahora oficialistas PMDB, PSDB, Demócratas y Partido Progresista, así como de los opositores Partido de los Trabajadores y Partido Comunista de Brasil. Dijo también que en 2012 recurrió a él Temer, quien le pidió que consiguiera unos 500.000 dólares para la campaña del entonces candidato a la alcaldía de San Pablo, Gabriel Chalita.