El Departamento de Defensa estadounidense protestó ante Rusia por un bombardeo lanzado el jueves en Al Tanf, al sur de Siria, contra rebeldes que eran apoyados por Washington. Por videoconferencia, funcionarios estadounidenses expresaron a representantes del gobierno ruso su “profunda preocupación sobre el ataque a las fuerzas apoyadas por la coalición contra el EI en el destacamento de Al Tanf, que incluían a aquellas fuerzas que participan en el cese de hostilidades en Siria”, informó el sábado en un comunicado el Departamento de Defensa.
El texto agrega que los ataques fueron “efectuados por fuerzas rusas” y advierte que Estados Unidos trasladará “esa preocupación” a “las conversaciones diplomáticas en curso sobre el cese de hostilidades” en Siria, que comenzaron a principios de año en Ginebra.
Sin embargo, el texto no ofrece detalles sobre la respuesta de Rusia. El comunicado concluye: “Los dos lados reiteraron la necesidad de ajustarse a las medidas [acordadas] para mejorar la seguridad operativa y evitar accidentes y malentendidos en el espacio aéreo sobre Siria”.
No es la primera vez que Estados Unidos acusa a Rusia de dirigir sus ataques a grupos opositores al gobierno de Bashar al Assad desde que, en setiembre, las fuerzas rusas se sumaron con el objetivo de combatir a los jihadistas junto al Ejército sirio. Si bien Estados Unidos considera que en Siria los combates deben dirigirse sólo contra EI, Rusia combate también contra grupos armados que se levantaron contra el gobierno de Al Assad.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización civil opositora con sede en Londres, informó el fin de semana que el ataque del jueves provocó la muerte de dos combatientes de grupos armados apoyados por Estados Unidos y que otros cuatro fueron heridos.
Este ataque tuvo lugar unos días después de que 51 diplomáticos estadounidenses firmaran un documento en el que cuestionan la política de Obama en Siria, que consideran “ineficaz”, y exigen una ofensiva militar contra el gobierno de Al Assad. El texto, que está firmado por funcionarios del Departamento de Estado encargados de asesorar al presidente acerca de este conflicto, afirma que “la única manera de derrotar a EI” es atacando a las fuerzas del gobierno sirio.
Aunque Obama apoya una transición política en Siria que aparte a Al Assad del poder, desde el inicio del conflicto el presidente estadounidense defendió la no intervención directa en la guerra civil siria. Un funcionario del gobierno estadounidense aseguró a la agencia de noticias Reuters que, a pesar de la carta de los diplomáticos, la Casa Blanca mantiene su postura contraria a una mayor implicación militar en ese país.