Netanyahu anunció medidas “ofensivas y defensivas” y además informó que la Policía israelí localizó a una tercera persona que habría ayudado a los atacantes, dos jóvenes palestinos de 21 años que ya están en la cárcel. Las autoridades todavía investigan si actuaron por su cuenta o están vinculados con alguna organización. “Ha habido un caso muy difícil aquí de asesinato a sangre fría por terroristas inhumanos”, dijo Netanyahu, acompañado por su ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, y el titular de Seguridad Pública, Gilad Erdan, después de una reunión de emergencia con el gabinete de seguridad. El primer ministro dijo además que revocó los permisos de trabajo de los familiares de los atacantes, que son primos.

Después de ese encuentro y con el respaldo del primer ministro, el Ejército israelí anunció que, “de acuerdo con las valoraciones de seguridad”, reforzará sus tropas en Cisjordania con dos nuevos batallones, con el objetivo de “frenar” una nueva ola de violencia en la zona. El comunicado no especifica cuántos soldados componen cada batallón, pero medios locales estiman que son más de 100.

Israel también canceló los permisos de viaje que había otorgado a 83.000 palestinos para que pudieran celebrar el mes de Ramadán, sagrado para los musulmanes. Las autorizaciones para visitar a familiares en Israel y para rezar en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén también fueron canceladas, dijo ayer Netanyahu.

Entre los palestinos nadie reivindicó el ataque, aunque hubo reac- ciones. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, rechazó en un comunicado “todas las operaciones que tengan como blanco a civiles, sin importar la fuente y su justificación”, aunque no mencionó el ataque en Tel Aviv. El documento, que fue difundido por la agencia oficial palestina Wafa, agrega que la forma de “reducir la tensión y la violencia en la zona es mediante el logro de una paz justa y la creación de un clima positivo” e insta a las partes a “abstenerse de acciones que incrementen la tensión y la violencia”.

Hamas, por su parte, aseguró que el ataque en Tel Aviv muestra que “continúa la intifada Al Quds”, una serie de acciones violentas palestinas que comenzaron en octubre. Mushir al Masri, miembro de ese movimiento islamista palestino, dijo que lo del miércoles es una respuesta a “los crímenes de Israel en Cisjordania y Gaza”, y agregó que la intifada “sembrará el horror y el miedo en los corazones de los sionistas”.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina, una de las organizaciones que integran la Organización para la Liberación de Palestina, manifestó que el ataque representa un “cambio de paradigma” en la intifada y que se trata de una “respuesta natural” al alto número de palestinos asesinados por las fuerzas israelíes.

El atentado del miércoles tuvo lugar cuando parecía que se vivía una relativa calma en la región, tras la ola de violencia que comenzó en octubre y en la que, según datos de la agencia de noticias Efe, murieron 212 palestinos, 34 israelíes y tres extranjeros.