Hoy empieza la Convención Nacional del Partido Republicano, que nominará oficialmente a Donald Trump como candidato a la presidencia de Estados Unidos. El empresario, que todavía genera rechazo en algunos sectores del partido, llega a esta instancia después de anunciar que su candidato a vicepresidente es el gobernador de Indiana Mike Pence, una decisión que fue aplaudida por la cúpula del partido.

Después de una búsqueda que duró varias semanas y generó gran expectativa, Trump anunció el viernes quién es su compañero de fórmula para enfrentar en noviembre a la candidata demócrata, Hillary Clinton. La elección de Pence, que se describe a sí mismo como “cristiano, conservador y republicano” -en ese orden-, es vista como una estrategia para unificar al Partido Republicano, que se mantiene dividido desde que Trump ganó las primarias. Pence, que tiene más de una década de experiencia en el Congreso, puede ser el complemento que necesita Trump, un *outsider *de la política tradicional, para llegar a la Casa Blanca.

El gobernador puede servir, además, para atraer el voto de las bases más conservadoras del partido, que ven con desconfianza a Trump, que en el pasado apoyó a demócratas y se mostró abierto en temas como el aborto legal y el matrimonio igualitario.

Durante su carrera política, el número dos de Trump firmó una ley que permitía, por motivos religiosos, la negación de servicios públicos a las personas homosexuales, y otra que prohibía el aborto en ciertos casos. Además, Pence votó a favor de un proyecto de ley que permitía a los hospitales negar la atención médica a los inmigrantes indocumentados y promovió un plan que buscaba cerrar la frontera entre México y Estados Unidos, una idea que coincide con la propuesta de Trump de construir un muro en esa zona. Pence también abogó por cerrar las puertas a los refugiados sirios.

El primer acto de campaña de la fórmula republicana, que se presenta como “TrumpPence2016”, tuvo lugar el sábado en Nueva York. En un discurso que duró unos 30 minutos, Trump explicó que eligió a Pence por su “increíble” gestión como gobernador de Indiana y porque es una persona “sólida”, que “ha luchado por la gente”, y “un hombre de honor, carácter y honestidad”. Agregó: “Somos los candidatos de la ley y el orden”. Antes, reiteró las propuestas centrales de su plan de gobierno y lanzó fuertes ataques hacia su rival demócrata, a quien, entre otras cosas, acusó de impulsar la creación del grupo jihadista Estado Islámico por su gestión “caótica” cuando era secretaria de Estado.

Pence, por su parte, agradeció a Trump por “confiar” en él para ocupar el cargo de vicepresidente y dijo que recibía la designación “con humildad”. También afirmó que Trump “será un presidente formidable” porque es un “patriota” que “entiende las frustraciones y las aspiraciones de la gente como nadie desde Ronald Reagan”. Concluyó: “Se puede elegir a un líder que puede garantizar la seguridad de Estados Unidos o a alguien que ha hecho a Estados Unidos más débil en el mundo”. Clinton dijo el viernes que la elección de Pence como compañero de fórmula prueba “el peligroso plan” que tiene Trump para Estados Unidos. El director de campaña de la candidata, John Podesta, afirmó en un comunicado que Pence es un político “increíblemente divisor e impopular”, con un historial de medidas discriminatorias y de acciones económicas “fallidas” que favorecieron a los multimillonarios.