Ayer fue un buen día para la candidata demócrata Hillary Clinton: el FBI descartó presentar cargos en su contra y el presidente Barack Obama dio un apasionado discurso a su favor, en el que aseguró que “nunca ha habido una candidata más preparada” que ella para llegar a la Casa Blanca.

En una rueda de prensa en la sede del FBI, el director del organismo, James Comey, presentó el informe que concluye que Clinton no debe ser imputada por haber utilizado cuentas de correo electrónico privadas para asuntos oficiales mientras era secretaria de Estado de Obama. Esta misma semana la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, había afirmado que seguiría al pie de la letra la recomendación del FBI, para evitar polémicas durante la campaña electoral.

“El sistema está amañado”, criticó el candidato republicano, Donald Trump, en su cuenta de Twitter, donde también dijo que la decisión del FBI es de “mal juicio”. Uno de sus correligionarios, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que este es “un terrible precedente” para los casos vinculados a la seguridad nacional y que “nadie debería estar por encima de la ley”.

La Casa Blanca defendió la imparcialidad del informe del FBI, al tiempo que Comey aseguró que el organismo trabajó sin ningún tipo de influencia política en este ca.