La dirigente Lesbia Yaneth Urquía, militante del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), concentraba su activismo en el municipio hondureño de San José, en el departamento de La Paz, y encabezaba la oposición contra la construcción de la represa hidroeléctrica Aurora I en el río Chinacla. Según informó el propio COPINH, se oponía a la concesión y privatización de los ríos del departamento. Cuando fue asesinada, trabajaba en una consulta popular simbólica sobre la construcción de Aurora I que se haría el domingo en territorio indígena.
Desapareció el martes y su cuerpo fue encontrado el miércoles, con golpes en la cabeza, cerca de un basurero público. Su muerte se suma a la de otro ambientalista, Tomás García, que fue asesinado días después de que mataran a la coordinadora general del COPINH, Berta Cáceres, en marzo.
Se ha puesto en marcha “un plan para desaparecer a quienes defendemos los bienes comunes de la naturaleza, organizados en el COPINH”, denuncia este consejo. En el comunicado también responsabiliza al gobierno y a las fuerzas de seguridad, así como a la presidenta del gobernante Partido Nacional y vicepresidenta del Congreso Nacional, Gladys Aurora López, y su esposo, Arnold Castro, “por ser fuente permanente de amenazas y conflictos por la construcción de proyectos hidroeléctricos en el departamento de La Paz”.
Según la cadena Univisión, Castro es el administrador de la empresa Los Encinos, que construye la represa Aurora I, y los activistas han denunciado, ante los medios y la Justicia, que recibieron amenazas por parte del matrimonio.