El respaldo oficial de Bernie Sanders a Hillary Clinton, que fue su máxima rival durante los últimos cinco meses, marca una nueva etapa en el Partido Demócrata, que concentrará todos sus esfuerzos en derrotar al candidato republicano, Donald Trump, en las elecciones presidenciales de noviembre.
Cuando empezaron las elecciones primarias, en febrero, nadie pensó que Sanders iba a decir de Clinton que “es la mejor candidata” para llegar a la Casa Blanca. Ayer, sin embargo, lo hizo. La ex secretaria de Estado alcanzó el número necesario de delegados para lograr la nominación demócrata a la presidencia hace más de un mes, pero el senador de Vermont se resistía a abandonar la carrera, con el propósito de poder incluir en la agenda del partido las políticas progresistas que generaron un apoyo masivo durante su campaña.
En su primer acto de campaña juntos, Clinton y Sanders dejaron claro que, si bien mantienen sus diferencias, lo importante es el futuro de “los estadounidenses”, que podría verse amenazado con un triunfo de Trump. “Clinton ganó las primarias y la felicito por eso. Será la nominada demócrata para la presidencia y haré todo lo posible para que sea la próxima presidenta de Estados Unidos”, dijo Sanders en el acto conjunto en New Hampshire, estado en el que el senador obtuvo una de sus victorias más aplastantes. Después, mencionó los puntos en común de ambos programas y los comparó con las propuestas del candidato republicano. “Hillary Clinton entiende que debemos arreglar una economía que es injusta y favorece al 1% [más rico] de la pirámide. Hillary Clinton entiende que la gente que trabaja 40 horas a la semana no debe vivir en la pobreza”, dijo. “Pero su oponente, Trump, tiene una visión muy diferente. Él cree que los estados deberían tener el derecho de bajar el salario mínimo o incluso abolirlo”, afirmó.Con Clinton sonriente a su derecha, Sanders insistió en la necesidad de universalizar el acceso a la salud y de ofrecer a los jóvenes la opción de hacer una carrera universitaria sin tener que endeudarse ad eternum. “Esta elección es sobre el liderazgo que necesitamos para aprobar una reforma migratoria integral y arreglar un sistema migratorio que está roto”, afirmó el senador, que habló junto a un cartel que pregonaba el lema de la campaña de Clinton: “Juntos somos más fuertes”.
Ella, por su parte, reconoció los logros de la “revolución política” de Sanders y le agradeció “por haber luchado desde siempre contra la injusticia”. También se dirigió a los seguidores del dirigente. “A todos ustedes que pusieron sus corazones y sus almas en la campaña del senador Sanders, gracias”, reiteró Clinton, a la vez que les aseguró que siempre tendrán “un lugar en la mesa” si llega a la presidencia. Dijo que durante las últimas semanas trabajó junto a Sanders acerca de los planes “para permitir que la universidad esté al alcance de más personas” y para que “todos en Estados Unidos tengan acceso a servicios de salud” accesibles y de calidad. “Ahora, con su ayuda, estamos uniendo fuerzas para derrotar a Donald Trump, ganar en noviembre, y sí, juntos, construir un futuro en el que todos podemos creer”, agregó la ex secretaria de Estado.
Minutos después del acto, el equipo de campaña de Sanders publicó en las redes sociales una carta del senador en la que dice sentirse “orgulloso” de las dimensiones que tomó su “revolución política” en cuestiones como la “lucha por la justicia racial, social, económica y ambiental”, y defiende su respaldo a Clinton. “Hoy apoyé a Clinton para que sea nuestra próxima presidenta. Sé que algunos de ustedes se sentirán decepcionados con esta decisión. Pero creo que en este momento nuestro país, nuestros valores y nuestra visión común para transformar el país son más útiles para derrotar a Donald Trump”, dice el senador. A continuación, ratificó el trabajo con Clinton, en las últimas semanas, en materia del sistema de salud y la gratuidad de la universidad, temas con los que la demócrata “se comprometió públicamente”.
Trump, por su lado, dijo que Sanders ahora es “oficialmente parte del sistema corrupto”, por apoyar a una de las candidatas “más pro guerra y pro Wall Street en la historia del Partido Demócrata”, cuestiones que el legislador criticó duramente cuando Clinton era su rival en las primarias. Según una encuesta publicada por Reuters, sólo 40% de quienes respaldaban a Sanders apoyarían a Clinton.