En su discurso Rousseff dijo que durante su gobierno recibió críticas por “errores que fueron cometidos” y por “medidas y políticas que no fueron adoptadas”. Afirmó que acepta esas críticas “con humildad”, porque tiene “defectos” y comete “errores”, pero agregó: “Entre mis defectos no están la deslealtad ni la cobardía”. En otro momento de su discurso agregó: “No esperen de mí el silencio de los cobardes”.
La presidenta apartada del cargo comparó el golpe de Estado de 1964 con la situación actual: “En el pasado, con las armas, y hoy, con la retórica jurídica, pretenden nuevamente atentar contra la democracia y el Estado de derecho”. Recordó su lucha contra la dictadura y las torturas que sufrió mientras estuvo detenida. “A los casi 70 años de edad, no va a ser ahora [...] que voy a abdicar de los principios que siempre me guiaron”, agregó.
Rousseff también hizo referencia a otros presidentes brasileños que tomaron medidas que beneficiaron a las clases trabajadoras y a los más marginados, como Getúlio Vargas, Juscelino Kubitschek y João Goulart. “Hoy, una vez más, al ser contrariados y heridos en las urnas los intereses de los sectores de la elite económica y política, nos vemos ante el riesgo de una ruptura democrática”, afirmó.
La presidenta recordó que desde que ganó las elecciones de octubre de 2014 la oposición, particularmente el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), intentó anular el resultado e impedir su mandato. También señaló que a esos intentos se sumó el entonces presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quien frenó totalmente las actividades en la cámara baja hasta que se votara el juicio político, y así cerró el paso a los intentos del gobierno de tomar medidas para enfrentar la crisis económica.
Consignó, una vez más, que ella nunca estuvo involucrada en actos de corrupción ni de desvío de fondos públicos. “Curiosamente, seré juzgada, por crímenes que no cometí, antes que el ex presidente de la cámara, acusado de haber cometido gravísimos actos ilícitos”, resaltó. “Pido que hagan justicia por una presidenta honesta [...] Voten sin resentimiento. Lo que cada senador siente por mí y lo que sentimos unos por los otros importa menos, en este momento, que aquello que todos sentimos por el país y por el pueblo brasileño”, agregó. “Voten contra el impeachment, voten por la democracia”, concluyó.
A lo largo de su discurso y de sus respuestas a los senadores, que se extendieron por varias horas, Rousseff reivindicó los logros de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) y se comprometió a impulsar nuevas elecciones si vuelve a ejercer la presidencia. “La base de la gobernabilidad es política y la población tiene que participar. No creo en un gobierno que no obtuvo sus votos en las urnas”, dijo la presidenta.
Rousseff también recordó que mientras ella gobernó se fortalecieron los organismos que se dedican a luchar contra la corrupción -como la Policía Federal y la Procuraduría General de la República- y se negó a interferir en las investigaciones judiciales. “Con esa postura contrarié muchos intereses. Estoy pagando un alto precio por esas posturas”, dijo.
En las respuestas, además, Rousseff se dedicó a señalar aquellos casos en los que las preguntas que le planteaban no estaban vinculadas con el delito de responsabilidad por el que se la juzga, sino con asuntos vinculados con la gestión o la crisis económica que tuvo que enfrentar durante su gobierno.
Con distintos lentes
El presidente del PSDB, el senador Aécio Neves, consideró que el discurso de Rousseff fue “protocolar” y sus respuestas “evasivas”. El discurso “no tiene las condiciones para cambiar el voto de nadie”, aseguró. En la misma línea se manifestó el jefe de la bancada del PSDB, Cássio Cunha Lima, y dijo además que Rousseff cometió un nuevo delito de responsabilidad “al impedir el funcionamiento del Legislativo y decir que [el juicio político] es un golpe”. En un editorial publicado en la tarde de ayer en su página web, la cadena O Globo consideró que el discurso reflejó la “visión delirante” de Rousseff y sus aliados sobre el proceso que se está llevando adelante en el Senado, que “transcurre dentro del Estado democrático de derecho”.
Por su parte, el senador del PT Humberto Costa consideró que el discurso marcó el “total compromiso” de Rousseff con la democracia y que sus respuestas a las preguntas sirvieron “para demostrar que no cometió ningún delito de responsabilidad”. Costa agregó: “Quien estuviera verdaderamente indeciso debe estar acumulando información y ciertamente va a votar con nosotros contra el impeachment”. Hubo otros senadores petistas y comunistas que aplaudieron el discurso de Rousseff, pero pocos de ellos manifestaron su esperanza de que cambie los votos de quienes respaldarán su salida del Ejecutivo.
Según fuentes cercanas al gobierno de Temer consultadas por el diario Folha de São Paulo, el Ejecutivo interino consideró que el discurso de Rousseff fue “repetitivo” y “poco emotivo”.
El gobierno actual, que dejaría de ser interino si Rousseff es alejada del cargo, dedicó los últimos días a reunirse con senadores que han cambiado su intención de voto a lo largo de este proceso, que comenzó en diciembre con la aceptación, en la Cámara de Diputados, de la solicitud de juicio político contra la presidenta. Entre otros, hubo encuentros con Edison Lobão, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, y Roberto Rocha, del Partido Socialista Brasileño. Con ellos se había reunido antes el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en un intento por convencerlos de que voten por la permanencia de Rousseff. Los intentos de Lula continuaron en el transcurso de la tarde de ayer, según informaron varios medios brasileños. El ex presidente estuvo junto al músico Chico Buarque en las galerías del Senado, acompañando la sesión, invitados por la presidenta.
En las afueras del Congreso, decenas de personas se reunieron para manifestar su apoyo a Rousseff, y ayer se conoció una carta pública de artistas y distintos profesionales que adhirieron al pronunciamiento contrario al impeachment presentado originalmente por el actor y cantante Wagner Moura, quien actuó en varias películas, entre otras Tropa de elite. Entre los firmantes de la carta pública figuran las actrices Camila Pitanga y Marieta Severo, así como los músicos Buarque y Caetano Veloso. También Temer cuenta con el respaldo de actrices y actores de la televisión brasileña, como Regina Duarte.