El último ataque aéreo reconocido por Estados Unidos en el territorio de Libia fue lanzado en febrero. Aquella vez fue dirigido contra un campo de entrenamiento de milicianos del grupo jihadista Estado Islámico (EI) en la ciudad de Sabratha, recordó la agencia de noticias Reuters. Ayer el Pentágono retomó los bombardeos contra EI en ese país. Lo hizo en respuesta a un pedido del gobierno del primer ministro Fayez Seraj, cuyas fuerzas intentan desde mayo retomar el control de la ciudad de Sirte, que está en manos de EI desde 2015 y que se convirtió en el principal bastión del grupo fuera de Irak y Siria.

“Los primeros ataques aéreos fueron lanzados en lugares específicos en Sirte, lo que causó severas pérdidas en filas enemigas”, dijo Seraj a la televisión estatal. Un portavoz del pentágono, Peter Cook, informó que estas acciones militares se van a repetir, informó la agencia Efe. “No creo conveniente detallar el ritmo de los próximos ataques”, agregó, y dijo que su país dirigirá los bombardeos a “lugares donde el gobierno provisional libio no pueda golpear”.

Aunque Estados Unidos ya había atacado en noviembre y febrero, esta es la primera vez que lo hace a pedido del gobierno de unidad libio, conformado con apoyo y presión internacional después de que dos gobiernos se reivindicaran como legítimos en el país.