Según las leyes colombianas, las encuestas pueden ser publicadas hasta cinco días antes de la instancia electoral, por lo cual en estos días salieron los últimos datos acerca de la intención de voto en el plebiscito. Todos los sondeos coinciden en que el Sí será la opción ganadora y que la participación será suficiente para que el resultado sea válido.

La ley por la que se reglamentó la convocatoria al plebiscito estableció que al menos una de las dos opciones tiene que contar con un mínimo de 13% de los votos del padrón electoral para que el resultado sea efectivo. Según las encuestas, el Sí obtendrá entre 55% y 66% de apoyo entre aquellas personas que van a emitir el voto, mientras el No recibirá entre 34% y 38%. Acerca de la participación, los estudios muestran resultados bastante distintos: el de la encuestadora Cifras y Conceptos indica que será de 37%, el de Ipsos, de 44% y el de Datexco (el último, publicado ayer), de 67%. Desde las elecciones legislativas de 1991, en Colombia la participación se ha mantenido en torno a 50%.

Las encuestas también muestran resultados muy distintos acerca de las tendencias de una y otra opción: según Ipsos, el Sí tendrá 66% de los votos, después de una baja de 6%, y el No contará con 34% tras un aumento de 6%. Por el contrario, Cifras y Conceptos concluye que crecieron ambas opciones (8% el Sí y 4% el No) porque disminuyó el número de indecisos. Por último, Datexco informó que la intención de voto por el Sí se mantuvo en 55%, mientras la del No se redujo de 38% a 37%.

La encuesta de Ipsos concluye, además, que 38% de los colombianos dice desconocer qué se va a votar el domingo y, mediante el cruce de varios indicadores, en su informe señala que quienes tienen un mayor conocimiento del acuerdo son más proclives a participar y a votar Sí.

En la última semana se multiplicó el número de integrantes del gobierno y referentes colombianos que se han manifestado a favor del Sí y han dicho que esta es una oportunidad histórica para que Colombia logre la paz. En el mismo sentido se han expresado líderes de las FARC y personas cercanas a la guerrilla.

Por parte del oficialismo la campaña ha sido intensa, y su principal representante ha sido el presidente Juan Manuel Santos, que en actos electorales y en eventos oficiales ha defendido las negociaciones de paz y el acuerdo final como algo positivo para Colombia.

La campaña por el No es liderada por el ex presidente Álvaro Uribe, a quien se sumó el ex procurador general, Alejandro Ordóñez. Ambos se opusieron incluso a los diálogos con las FARC y ahora centran sus críticas en el acuerdo sobre los recursos económicos que serán destinados a reintegrar a la sociedad a los ex guerrilleros y a llevar adelante las transformaciones acordadas; en la “impunidad” que a su entender permitirá el acuerdo; y en lo que Uribe califica como una victoria “del castro-chavismo”. El ex presidente mantiene el mismo discurso acerca de las FARC que tuvo durante su gobierno: considera a la guerrilla como un grupo terrorista que trafica drogas y debe ser enfrentado a través de las fuerzas de seguridad.

Además del debate en torno a las opciones en el plebiscito, ha resurgido en estos días la posibilidad de que el gobierno también comience negociaciones con la otra guerrilla del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Santos dijo ayer que si el ELN libera a las cuatro personas que mantiene secuestradas, las conversaciones pueden comenzar la semana que viene. El mandatario celebró que el ELN haya anunciado un cese del fuego “para facilitar la participación de la gente” en el plebiscito del domingo, según anunció su comandante, Pablo Beltrán. En una entrevista, el dirigente guerrillero dijo que aunque hayan hecho algunas críticas a los diálogos y al acuerdo alcanzado, ellos no serán “un obstáculo” para que este se implemente. También reiteró la voluntad del ELN de avanzar en las negociaciones con el gobierno, al igual que hizo Santos desde el Ejecutivo. Ambas partes se responsabilizan mutuamente por la falta de avances.